Lectores escriben
Tomar en serio a la risa
Margarita Schultz forma parte de la comunidad y propone compartir sus reflexiones sobre este fenómeno que nos alegra y nos hace bien.
¿PARA QUÉ REÍR’? ¿QUÉ ES REÍR?
¿Qué es reír? Si reímos espontáneamente ante una situación que nos parece risible, no pensamos esa pregunta… pero podemos revisarla ahora, para intentar llevar más claridad a ese peculiar y valioso comportamiento emocional. Buscar el ‘por qué’ de la risa requiere explorar cómo y ante qué circunstancias se produce.
Desde Aristóteles (384 a.C a 322 a.C) se considera al ser humano como el ‘animal que ríe’… Sin embargo, investigadores en Etología -la Ciencia del comportamiento animal-, de acuerdo con observaciones sobre sus actitudes sociales, reconocen la capacidad y práctica de la risa en los primates, monos superiores.
El fenómeno de la risa merece ser examinado, si se toman en cuenta los beneficios que aportaría para la salud física y mental. Entre ellos, se enumera, la risa podría reducir el estrés: al activar el sistema parasimpático; promover la relajación, y disminuir los niveles de cortisol (la hormona del estrés); fortalecer el sistema inmunológico, al liberar neuropéptidos, moléculas que combaten el estrés y otras enfermedades; mejorar la función cardiovascular por estimular el corazón, los pulmones y los músculos; reducir el riesgo de depresión y mejorar la salud mental; contribuir a la reducción de la ansiedad y de la depresión; fortalecer las relaciones sociales, al estimular la conexión social y disminuir así los conflictos y las tensiones interpersonales; aumentar la estabilidad emocional y la autoestima. ¿Necesitamos todo eso para darle el beneplácito? Con apenas el logro de una de esas funciones, la risa se gana nuestro aprecio. Iniciativas internacionales llevan el fenómeno de la risa a los hospitales, con la convicción de que la risa provocada sobre todo en pacientes niños, y aun en adultos ¡es un buen aporte a la sanación…!
No olvido la última vez que asistí a una función de ‘nuestros’ Les Luthiers en el teatro Ópera de Buenos Aires. El teatro en pleno, reía sin parar de sus chistes y actitudes… Una variedad de causas, generadas por este grupo extraordinario, producía ese efecto único: reír hasta las lágrimas. Otro ejemplo puede ser la comedia, pensemos en ‘El burgués gentilhombre’ de Molière (como otras tantas de ese dramaturgo francés). ¿Qué es risible allí y nos causa risa como espectadores teatrales? Pues, comprobar el vehemente despropósito de un humano que busca cambiar de situación social -quiere pasar de burgués inculto a integrante de la clase social alta- comprando breves y superficiales virtudes. Cree lograrlo con unas pocas clases que paga a profesores, los cuales se aprovechan de su esnobismo ingenuo con burlas disimuladas. La incompetencia del protagonista es lo que hace risible la situación. Es sabido que un habitual personaje de teatro de títeres, hace reír cuando está por ser golpeado por otro con un palo y se voltea sin encontrarlo, eso una y otra vez con el mismo gesto mecánico… Los niños espectadores, al observar la escena, desbordan de risa ante esa situación, mientras gritan ¡¡¡allí¡¡¡ ….¡¡¡allí¡¡¡ ….
El filósofo francés Henri Bergson (1859-1941) insistía en la idea de que la vida es dinamismo, que vivir es ser capaz de adaptarse a situaciones diferentes. Un personaje puede resultar risible, si es incapaz de ello e insiste en obrar en contra de la realidad, reiteradamente, sin advertirlo, pese a los fracasos. Ese comportamiento es del orden de la ‘rigidez’ (algo opuesto al dinamismo). Un personaje teatral de una comedia, repite un gesto, nos reímos y lo entendemos como parte de la creatividad del autor; pero si un político repite un gesto inconscientemente, llega a parecer algo risible. ¡Descartemos de este planteo lo relativo al ARTE en sí! Aun en las producciones más ‘naturalistas o realistas’, la reiteración puede tener un valor artístico, buscado. Es notable que la reiteración pueda ser fuente de risa cuando es inconsciente, pero también cuando se genera artísticamente, para hacer reír… (en ello son maestros Les Luthiers).
¿La risa es espontánea? Normalmente lo es, sin embargo, algunos psicólogos sugieren que podemos generar nuestra propia risa -esto no es risible- mediante la práctica de ciertos mecanismos. Por ejemplo: recordar situaciones risibles pasadas y realimentarlas en el presente, generar una carcajada la cual, aunque buscada, activa movimientos vinculados a los músculos de la risa… y se cuentan ¡unos 400 músculos!, lo que se conoce como ‘risoterapia’, (el complemento humanizado de la terapia física médica), reírse de situaciones propias que fueron fallidas...
Por donde se la mire, la risa es una conducta cuyos beneficios han sido explorados de diversas maneras… ¡habrá que tomarla en serio!
Margarita Schultz
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Contenidos educativos del Hospital Italiano - Junio 2025