neonatologia
Comité de Educación

La audición y el lenguaje del bebé prematuro

Cuando se habla de lenguaje, generalmente se lo asocia a las “palabras” , olvidando así otros componentes importantes como audición y comprensión.

El oído fetal comienza a desarrollarse alrededor de la semana 24 de gestación y, a medida que avanza el embarazo, el útero permite que más sonidos, incluidas las conversaciones maternas, lleguen al feto.

Desde el embarazo el bebé es capaz de escuchar, captar y registrar los sonidos internos de su mamá (latidos del corazón), como también algunos externos (música, voz del papá).

 

El lenguaje surge como la resultante de un proceso de imitación de la lengua materna, la cual propone al niño modelos verbales que poco a poco irá interiorizando, nos daremos cuenta que es imposible imitar patrones, si no tenemos la capacidad de percibir y discriminarlos correctamente. Esa es la razón por la cual los padres debemos esforzarnos para desarrollar al máximo ese potencial auditivo.
 

Los bebés prematuros, suelen permanecer semanas o meses en el hospital y, por lo tanto, escuchan menos la voz de sus madres que si hubieran continuado su desarrollo en el útero
 

Un estudio liderado por investigadores de Stanford Medicine demostró que la exposición regular a la voz de la madre favorece la maduración de las vías cerebrales asociadas al procesamiento del lenguaje (fascículo arqueado izquierdo) en estos recién nacidos. Su voz tiene un impacto real y positivo en el desarrollo de sus hijos, es muy importante que le puedan hablar con suavidad tanto durante su internación como luego del alta.
 


Poco tiempo antes de irse de alta de la terapia intensiva neonatal, realizamos pruebas para evaluar la audición de los bebes prematuros. La primera que utilizamos es:


EMISIONES OTOACÚSTICAS:

Se colocan electrodos (cables) en la cabecita del bebé, mediante parches adhesivos. Mientras el niño duerme, se producen estímulos auditivos de breve duración (chasquidos) a través de pequeños auriculares colocados en sus oídos. El examen mide la actividad cerebral que se produce como respuesta a los sonidos. Esta prueba es indolora y se realiza en pocos minutos.

 

Algunas ideas para estimular:

  • Es muy bueno imitar los sonidos que ellos hacen y más adelante incentivar el balbuceo y la entonación.
     
  • La lectura. Aún cuando no comprenda, disfrutará de un buen cuento. Hablá lento, enfatizá en cada voz de los personajes y exagerá las entonaciones. Más adelante le será provechoso para reforzar la memoria auditiva y desarrollar la imaginación.
     
  • La música: Intenten con melodías distintas. Mientras más pequeños, más simples y cortas deben se las canciones.
     
  • El medio ambiente: Todo lo que nos rodea y suena (los autos, las bocinas, la caída del agua de la ducha) son fuentes sonoras que enriquecerán su capacidad de captación y posteriormente discriminación. Verán que en unos meses, el sonido de la llave en la puerta, le alegrará anunciándole la llegada de alguno de ustedes.

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Actualizado: Noviembre 2025

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