procrastinar
Aprender Salud

Lectores escriben: ¿Cuándo puede ser bueno postergar?

Margarita Schultz nos propone reflexionar sobre un término de moda que está cargado con un sentido negativo: procrastinar.

Margarita Schultz nos propone reflexionar sobre un término de moda que está cargado con un sentido negativo: procrastinar. ¿Postergar algunas cosas puede ser también un acto de rebeldía sobre ciertas obligaciones que se nos imponen?
 

“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”

Los mayores hemos escuchado de niños, más de una vez, aquél refrán …  Actualmente se emplea el término ‘procrastinar’ para aludir a esa idea. Existen numerosos estudios sobre la conducta humana denominada ‘procrastinación’. ¿Qué es? La sonoridad de la palabra ’procrastinar’, es poco amable; proviene del latín procrastinare (pro, adelante, y crastinus, mañana). En español se conoce como ‘trasmañanar’…

Leamos este otro refrán, incisivo: “Por la calle de 'mañana' se llega a la plaza de 'nunca'”.  

Tales refranes suelen asociarse con actitudes de ‘pereza’… parecen creados para reprobar a los perezosos.

Pero, examinemos el asunto. ¿Se trata de mera ‘pereza’? ¿Por qué tendemos a pos-poner ciertas acciones? Se afirma que todos participamos de esa tendencia, pero algunas personas lo hacen de un modo permanente; esto ha sido calificado como ‘patológico’…  Se trataría de una conducta evasiva: ‘evito’ lo que me molesta hacer. Eso puede transformarse en un hábito, y generar un círculo vicioso.  Porque sobreviene una suerte de alivio temporario al posponer acciones, pero, se suma la conciencia de lo incumplido, por lo que se busca más posposición.

Otro acercamiento, aunque no excluyente, podría ser éste: ‘posponemos’ acciones por una cierta rebeldía, rebeldía a ser siempre ‘eficientes’ y estar subordinados al ‘tengo que’. Es claro que no se trata de un asunto sencillo que se aclare de un ‘brochazo’… 

¿Qué cosas posponemos? Es bueno preguntárnoslo. Por ejemplo, tengo que ordenar un armario, tengo que realizar un trámite en una oficina pública, tengo que debatir un asunto personal delicado con una/un amiga/o … Podemos posponer acciones por alguna de las causas genéricas anotadas, ¡y por tantas otras!

Entre las interpretaciones acerca del comportamiento de ‘posponer’, dadas por estudiosos del tema, están:

  1. Porque la acción a realizar causa estrés a) psicológico (ansiedad), b) físico (mucho esfuerzo, dolor), c) mental (emprender un trabajo estimado como difícil), y/o una combinación de los mismos. También por miedo a fracasar o por temperamento ‘indeciso’.
  2. Porque hay una saturación de obligaciones y cosas por hacer…

Todo ello, creo, está lejos de la simple actitud de la ‘pereza’.

Al examinar ejemplos podemos llegar a coincidir, tal vez, en que la procrastinación es un asunto que atañe a la emocionalidad… Ese rechazo a la eficiencia rígida coincide, asimismo, con lo emocional.

Si acaso el círculo vicioso’ descrito por los investigadores es un efecto no gratificante, ¿habrá alguna solución para enfrentar tal conflicto? ¡Porque sí es conflictivo…!

Muchas veces, los conflictos cotidianos surgen de representaciones polares. En este caso: ‘o hago todo lo que debo hacer sin parar’ –difícil decisión- ‘o no hago nada de lo que debo hacer’ –decisión inoperante desde el punto de vista de la vida-. 

¿Cómo salir de esa polaridad paralizante ? Una salida posible es pensar en realizaciones graduales, ¡establecer prioridades!: primero hago esto, después lo otro…  Tal vez, aprender a elaborar la emocionalidad frente a tales situaciones. 

Aunque no es cosa fácil, se percibe como un camino positivo.

Margarita Schultz

 

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Publicado en Aprender Salud - Contenidos Educativos del Htal. Italiano de Bs. As. Marzo 2023