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La Interoperabilidad en Salud Digital: un paso crucial para una atención médica de calidad
El uso de tecnologías de la información y comunicación en salud, desde aplicaciones móviles hasta inteligencia artificial, redefine la atención médica
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud digital como el uso de tecnologías de la información y comunicación (TIC) para mejorar la salud y los servicios de salud. Esto abarca desde aplicaciones móviles, como “Mi Argentina”, que permite visualizar las vacunas aplicadas, hasta registros electrónicos de salud ingresados por el personal de enfermería, pasando por la telemedicina, que posibilita consultas médicas a distancia. La salud digital también incluye tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el big data.
La interoperabilidad en salud se refiere a la capacidad de diferentes sistemas y dispositivos tecnológicos para intercambiar, interpretar y utilizar datos de manera coordinada y eficiente. Es esencial para garantizar una atención sanitaria continua y de alta calidad, permitiendo que los datos de los pacientes sean accesibles y comprensibles a través de distintos sistemas y plataformas.
Existen diferentes niveles de interoperabilidad:
Interoperabilidad Técnica: Se refiere a la capacidad básica de intercambio de datos entre sistemas, como transferir información de una memoria USB a un ordenador utilizando canales de comunicación y protocolos de transmisión de datos.
Interoperabilidad Sintáctica: Especifica el formato y la estructura de los datos, permitiendo su intercambio estructurado. Organizaciones como HL7 e IHE definen estándares de TI sanitaria para su uso entre sistemas. Un ejemplo destacado es el estándar FHIR de HL7.
Interoperabilidad Semántica: Asegura que el significado de los conceptos médicos sea compartido entre sistemas. Se basa en terminologías y ontologías médicas, como SNOMED CT, que contiene más de 340,000 conceptos médicos, y en enfermería, la terminología NANDA con sus códigos diagnósticos NICs y NOCs.
Interoperabilidad Organizacional: Involucra a organizaciones, legislaciones y políticas, apoyando a los profesionales sanitarios para trabajar de manera más eficiente y mejorar la salud de los pacientes. Incluye procesos empresariales y flujos de trabajo comunes, además de políticas que incentiven la interoperabilidad mediante normativas legales.
La interoperabilidad puede mejorar significativamente la medicina en varias áreas:
Inteligencia Artificial y Big Data: La interoperabilidad es esencial para integrar y analizar datos de múltiples fuentes, facilitando la combinación de datos entre instituciones y países y garantizando que los algoritmos de IA se basen en datos de alta calidad.
Comunicación Médica: Mejora la calidad de la atención médica al permitir que la información relevante esté disponible cuando y donde se necesite, evitando ineficiencias y riesgos como interacciones adversas de medicamentos.
Investigación: Permite el uso de datos del mundo real en estudios observacionales a gran escala, facilitando la limpieza y procesamiento de datos y acelerando la investigación médica.
Cooperación Internacional: Crucial para la vigilancia y respuesta a brotes, facilitando el intercambio de datos entre sistemas, instituciones y países, y permitiendo que tecnologías y aplicaciones sanitarias avanzadas se adopten globalmente.
En conclusión, la interoperabilidad de los sistemas de información en salud es fundamental para alcanzar una salud digital de calidad, mejorando la eficiencia, efectividad y accesibilidad de los servicios de salud en todo el mundo.
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