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Perspectivas

¡Buenas noticias! Entrevistamos al Dr. Martín O´Flaherty

Médico argentino especialista en Salud Pública y radicado en el Reino Unido, participó en la Jornada de Epidemiología, donde compartimos novedades.

Por el equipo editorial de Aprender Salud. Nota publicada originalmente en la revista impresa, edición Diciembre 2011.

Estudios de diferentes países muestran un acentuado progreso en la prevención. Estaría asociado a los avances científicos, así como a los cambios favorables de la sociedad y a las miles de pequeñas decisiones que toman las personas cotidianamente.

Entrevistamos al Dr. Martín O´Flaherty, médico argentino especialista en Salud Pública y radicado en el Reino Unido, con motivo de su participación en la Jornada de Epidemiología, organizada por el Servicio de Clínica Médica del Hospital Italiano.

Nos interesa que nuestra comunidad pueda conocer el mensaje que viniste a transmitir en estas jornadas...
-En muchos países ha ido disminuyendo la probabilidad de contraer enfermedades como el infarto o los llamados accidentes cerebrovasculares. Mucho se debe a lo que hemos hecho: hemos aprendido a comer mejor, a movernos más, hemos entendido qué es lo que causa estas enfermedades y la sociedad está cambiando. Y todo eso, según la investigación que estoy haciendo, se debe, en mayor medida, a los cambios favorables del ambiente y la legislación, como también a las miles de pequeñas decisiones que toma cada individuo día a día en cuanto a lo que va a comer, o en lo que va a hacer. 

El efecto de los esfuerzos enormes, a veces titánicos, que generalmente los médicos y el sistema de salud tratamos de realizar para, habitualmente, tratar la enfermedad cuando esta apareció también tiene impacto, aunque este es menor al de los cambios de los factores de riesgo. 

-¿Cuál es el panorama mundial, la tendencia actual?
-El mundo está entrando en diferentes partes del problema. En países desarrollados de occidente, donde en los setenta las tasas de mortalidad eran muy altas, ha habido una declinación importante (ver gráfico).
También en la Argentina -que se ubica entre los países que tienden a tener tasas entre medianas y bajas- hubo una declinación de la muerte de causa cardiovascular. Son muy buenas noticias que nos tienen que alentar a que continuemos bajando. Puede ser difícil, puede ser un desafío social, cultural y económico, pero no es el destino de las sociedades desarrollar enfermedades cardiovasculares.

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 Declinación de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares en diferentes países.

Hay ejemplos que dan mucho optimismo. En Finlandia se redujo un 70% la tasa de mortalidad, ahora hay abuelos. Por mucho tiempo, las enfermedades coronarias hacían que la gente muriera antes de los 65 años de edad. Esto se produjo al reducir la cantidad de grasa “mala” de los alimentos, un proyecto concertado entre el gobierno, los consumidores, los productores agropecuarios y la industria alimentaria. Probaron en una ciudad, Karelia del Norte. Luego del éxito obtenido, otras ciudades quisieron sumarse y finalmente se hizo en todo el Estado. 


 -El ejemplo de Finlandia permite pensar la salud desde otro lugar. No estamos solos...
-El individuo vive en un ambiente. Y este, hoy en día, es muy complejo. No sólo es físico, sino económico, social...Todas mis acciones, de alguna manera, son más o menos efectivas por causa de mi voluntad y mi decisión. Pero en parte, también, por las dificultades que el ambiente en el que vivo me genera para llevarlas a cabo. 

Si, por ejemplo, para hacer las compras tengo que, en lugar de ir caminando, subirme al auto porque el supermercado se encuentra en la periferia de la ciudad, mi nivel de actividad física comenzará a reducirse. No por una decisión mía, sino del ambiente. Si en el supermercado los productos más baratos son los que en su formulación tienen más elementos nocivos (sal, grasas trans) yo no tengo mucha elección en ese sentido, por más que esté interesado en comer sano.

Entonces, es muy posible que, si el ambiente cambiara, mis decisiones saludables serían más fáciles de cumplir. Si el ambiente favorece la decisión saludable, el efecto es mucho más importante. No sólo depende de mi interés, se me facilita. Aunque no esté atento para diferenciar una cosa de la otra, si el ambiente es más benigno, más protector, voy a verme favorecido.

Cada uno, en el día a día ¿qué podemos hacer para volver más saludable la sociedad?
-Podemos realizar acciones en mucho niveles. Si conocemos algo de salud y se lo contamos a nuestro vecino o a un familiar, el efecto se multiplica, se extiende a nuestro entorno. Me imagino pasa cuando uno vuelve del médico, o lee la revista del Hospital. También se puede abogar por ese cambio y exigir a nuestros representantes que apoyen determinada ley (por ejemplo, reducción de contenido de sal y grasas de los alimentos). 

Otro acción importante son las decisiones de compra, también van a influenciar lo que la industria puede proveer. Las miles de pequeñas decisiones que toma cada individuo día a día pueden mejorar la salud de toda la población. Podemos ser millones de pequeñas fuerzas que actúan en la dirección correcta. 

¿Qué ejemplos hay de cambios positivos en distintas sociedades? 
-En Escocia se implementó la prohibición de fumar en lugares públicos sin ningún tipo de excepciones: se vigila y se multa a quien no la cumpla. La gente adoptó la idea y la norma social cambió de una manera muy rápida. Dentro del primer año casi se redujo en un tercio la cantidad de infartos. Es muy efectivo.

En Inglaterra, la decisión política del gobierno, de la industria alimentaria y de la gente de decir “vamos a comer menos sal” con su correlativo cambio en las leyes, en la formulación de los productos y la educación de los consumidores, llevó a que bajen el consumo de sal por persona por día de doce gramos a seis, en menos de quince años. 

En Dinamarca prohibieron las grasas trans en todos los alimentos que se consumen, con pena de cárcel para la industria que infrinja la ley. Es una norma social que cambió.

En la mayor parte del mundo, el consumo de las grasas trans es el problema más crítico, porque son innecesarias para la nutrición. No necesitamos comer grasas trans. Son necesarias para el proceso industrial pero no hay ningún motivo por el cual nosotros tengamos que consumirlas. Y todo lo destinado a reemplazarlas por grasas más sanas es una buena estrategia.


Cuando coinciden las decisiones en dirección a la salud, el efecto de lo que cada uno hace  puede beneficiar a toda la población.

Dr. Martín O´Flaherty. Hizo la residencia de Medicina en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Actualmente es Profesor de Epidemiología y Salud Pública en la Universidad de Liverpool. Se desempeña como investigador en proyectos destinados a perfeccionar el uso del modelos que integran las diferentes influencias en la salud. Ha publicado numerosos trabajos científicos que buscan una mayor comprensión de las tendencias actuales a nivel mundial.