caidas prevencion
Aprender Salud

Activos, sí. Seguros, siempre!

En los adultos es muy importante prevenir las caídas, tanto en casa como en la calle. Y así preservar la autonomía y el bienestar.

Entrevista a la Dra. Fabiana Giber, Jefa del Área Evaluación de caídas en Adulto Mayor.

“El líneas generales, los estudios científicos muestran que la mayor parte de las caídas están descriptas como dentro de la casa, mientras que nosotros, en la población del Hospital, vemos que la mayoría de los adultos mayores sufren caídas en la calle”, nos cuenta la Dra. Fabiana Giber, Jefa del Área Evaluación de caídas en Adulto Mayor, a quien entrevistamos.

¿Qué hay que tener en cuenta, entonces, a la hora de salir?
En la calle existen barreras estructurales que no podemos cambiar (escalones, el estado de las veredas, ausencia de pasamanos, rampas con demasiada pendiente, etc.). Además, los adultos requieren un espacio y un tiempo distinto al de otro que camina por la misma vereda, entonces se vuelve importante planificar de antemano los recorridos.

¿En qué consiste esta planificación?
En elegir uno que sea el más adecuado (en mejor estado, no muy transitado, bien iluminado, etc). Ayuda, la primera vez, recorrerlo con algún familiar o amigo acompañante para observar las posibles dificultades y sus soluciones.

¿Hay mucha relación entre la coquetería y las caídas?
¡Sí! Es de gran importancia tanto en la calle como en el hogar pensar en un calzado seguro más que bonito. A las mujeres que toda su vida los usaron les cuesta bajarse, sienten que pierden la elegancia. El taco chino -si tiene base de apoyo ancha- es una opción elegante y segura.

Es preferible un calzado que sea antideslizante o con suela de goma, cómodo y que no genere molestias (hay modelos con cámara de aire). Se recomienda utilizar en casa el mismo calzado que se utiliza para salir a la calle ya que hay modelos frescos y cómodos (con abrojos y respiración tipo Crocs). ¡Y olvidarse de las ojotas!

A las mujeres que toda su vida usaron calzado bonito les cuesta bajarse, sienten que pierden la elegancia. El taco chino es una opción.

¿Y la cartera?
Es mejor tener los brazos y las manos libres, ya que estos colaboran en el mantenimiento del equilibrio (uno los mueve al caminar) y pueden ayudar a recuperarlo, evitando una caída. Entonces, no conviene andar con una cartera en la mano, apretada bajo el brazo o las bolsas de las compras, ya que pueden predisponer más a una caída. Se pueden reemplazar por una bandolera cruzada o un chango con ruedas.

¿El bastón puede ser de utilidad?
Cuando se le sugiere al paciente usar el bastón lo suele interpretar como un signo de decrepitud, aunque tiempo atrás fue símbolo de elegancia. En realidad es una forma de mantenerse activo y vigoroso, siempre y cuando esté bien utilizado. No cualquier bastón es para cualquiera: uno antiguo se puede acondicionar y ser de gran ayuda pero el paraguas ¡no es un bastón!

¿Cuáles son los factores a tener en cuenta en el hogar?
En casa sucede que uno se maneja con mayor seguridad porque conoce los espacios, aunque puede ser necesario realizar adaptaciones a fin de evitar posibles caídas. No hace falta tirar una pared sino, quizás, colocar un pasamanos en el baño o la escalera, señalizar bien escalones o cambiar de lugar elementos que queden muy altos, para evitar el riesgo de subirse a un banquito. Aquí también es de ayuda la colaboración de un familiar que pueda observar qué cambios son más necesarios.

¿Cuáles son los “deportes extremos” que practican los adultos dentro de la casa?
Uno muy común es intentar seguir arreglando las cosas de la casa. Es más de los hombres pero también les sucede a las mujeres. Aunque estén en condiciones de cambiar una lamparita, arreglar un cable o descolgar una cortina, es difícil saber si van a tener el equilibrio y la fuerza suficientes para mantenerse, por ejemplo, media hora sobre una escalera (una superficie reducida) y con los brazos ocupados.

Por último, ¿qué se puede intentar hacer ante la caída inevitable?
Lo importante es disminuir el impacto, por eso es mejor tener las manos libres tanto para agarrarse y frenar la caída como para tratar de impactar con áreas menos frágiles, protegiendo la cara, la cabeza y los laterales de las caderas.

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Nota perteneciente a la edición número 21 de la revista Aprender Salud.