Aprender Salud
Seguridad en el verano: disfrutando de la pileta
Nota elaborada por iniciativa del lector Edmundo Rochaix, Ingeniero, con la supervisión del Dr. Pablo Mohr, del Servicio de Pediatría.
En verano, las piletas de natación suelen ser un gran oasis en la ciudad o en quintas y casas de fin de semana. Dado que estas no cuentan con guardavidas como los clubes, acercamos la experiencia de las madres junto con algunos recaudos y sugerencias para que el disfrute en familia se lleve a cabo en un entorno lo más seguro posible.
Fuente: Sociedad Argentina de Pediatría, Consenso Nacional de prevención del ahogamiento: “El niño y el agua”. Consulte el documento completo en www.sap.org.ar, ingresando “el niño y el agua” en el buscador del sitio.
El cerco o perímetro de rejas.
- “Resulta imprescindible contar con un cerco de, al menos, 1.20mts de alto rodeando la pileta para separarla del patio o jardín donde juegan los niños, tanto en verano como el resto del año”, nos cuenta el Dr. Pablo Mohr.
- Si el cerco es de rejas, la separación de los barrotes debe impedir que un niño pase entre ellos. Además, deberá contar con un cerrojo siempre cerrado (todo el año) a prueba de niños. “Las redes de protección pueden ser un buen complemento pero nunca reemplazan al cerco. Si conoce a alguien que tenga una pileta sin cerco, aconséjelo para que lo coloque”, concluye.
Las mamás nos cuentan
Algunas estrategias que les resultaron útiles para sus hijos, tanto bebés como chicos pequeños.
“La solución para mí fue que mis dos hijas aprendieran a nadar desde chiquitas. Me pareció lo más seguro, más allá de tomar alguna medida puntual. Ahora ya son grandes y las preocupaciones son otras...” Patricia, 40 años.
“El cerco es importante pero también los bordes, ahora hay algunos que son de materiales antideslizantes para evitar los resbalones. También los grandes suelen correr cerca de la pileta y eso es muy peligroso. Yo soy muy cuidadosa con ese tema.” Silvia, 33 años.
“Vivimos en zona de casas y es frecuente que los amigos se inviten unos a otros a las piletas. Después está la confianza que uno deposita al dejarlos ir sabiendo que serán supervisados por padres responsables y atentos: dejarlos o no también es cuidarlos. Cuando soy yo la responsable me quedo bien pendiente cerca de ellos, en especial de los más chiquitos.” Florencia, 41 años.
“Mi hijo hizo matronatación conmigo así que conoce el agua desde que tenía 2 meses, ahora tiene 2 años, lo vive como algo natural. Igualmente no todo es saber nadar, también es evitar golpes o resbalones. Yo tengo pileta pero no tengo cerco, por eso no me relajo y extremo las medidas de precaución, trato de no perderlos nunca de vista.” Susana, 39 años.
“Siempre tiene que haber un adulto mirándolos, no hay una receta sino permanecer todo el tiempo ahí. El cerco de rejas ayuda aunque no todas las piletas lo tienen. Tengo dos hijos, ellos no saben nadar por eso siempre cuido que estén en la parte baja.” Cecilia, 36 años.
“Cuando elijo un complejo o casa de vacaciones con pileta, es lo primero que miro: que haya una especial para niños pequeños y otra de adultos bien cercada, no con troncos en cruz, por ejemplo, por los que los chicos pueden pasar.” Sylvia, 42 años.
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Publicado en Aprender Salud - Contenidos educativos del Hospital Italiano de Bs. As.