Mantener una vida activa y autónoma luego del diagnóstico de Parkinson
Especialistas del Hospital Italiano aseguran que con el tratamiento y seguimiento adecuado la mayoría de las personas con la enfermedad puede continuar con su actividad laboral, social, familiar e independencia en sus tareas cotidianas.
Buenos Aires, 11 de abril de 2025 – En el marco del Día Mundial del Parkinson, el Hospital Italiano reafirma su compromiso con la concienciación, a través de un mensaje alentador para las personas con la enfermedad y sus familias: se puede mantener una vida activa y autónoma luego de un diagnóstico de Parkinson. Una enfermedad neurodegenerativa que afecta generalmente en la edad adulta, a partir de los 60 años de edad.
El Parkinson se manifiesta con una variedad de síntomas que pueden afectar en forma progresiva la capacidad para realizar ciertas tareas, tanto a nivel motor como cognitivo. Si bien la enfermedad no tiene un tratamiento curativo, la buena noticia es que los especialistas cuentan con múltiples recursos terapéuticos orientados a reducir los diferentes síntomas, y que hoy permiten que la mayoría de las personas con Parkinson puedan vivir con autonomía por años luego del diagnóstico.
“La mayoría de los pacientes convive adecuadamente con su enfermedad, en particular si reciben asistencia especializada que los ayuda a comprender lo que les pasa y los ayuda a sobrellevar sus dificultades. También son fundamentales la adherencia al tratamiento y otros factores psicológicos de cada paciente”, afirma el Dr. Diego Bauso, subjefe del Servicio de Neurología y jefe de la Sección de Movimientos Anormales y Parkinson del Hospital Italiano.
La mirada especializada es clave desde el primer momento. Se trata de una enfermedad cuyo diagnóstico sigue siendo clínico y, si bien hay algunos estudios complementarios que pueden ser de utilidad, su confirmación depende de la habilidad de quién evalúa al paciente. Incluso, hay síntomas parkinsonianos como lentitud, rigidez, temblor, trastornos de la marcha y posturales, que son debido a otras condiciones neurodegenerativas y que requieren otro tipo de abordajes. Estos representan entre el 20 y el 30 % de los casos.
Hoy, existen múltiples enfoques terapéuticos orientados a reducir las manifestaciones que puede tener esta enfermedad. Los abordajes se realizan por separado, según si son síntomas a nivel motor o a nivel cognitivo. Entre los tratamientos más utilizados, se encuentran los fármacos orales, transdérmicos y subcutáneos. El 100 % de los pacientes requiere de algún tratamiento farmacológico en determinado momento de su enfermedad. Estos ayudan a mantener una vida activa, disminuir la dependencia y sobrellevar mejor los síntomas de la enfermedad.
Para quienes los tratamientos farmacológicos no resultan suficientes para controlar los síntomas, existen alternativas quirúrgicas con avances significativos en los últimos años y con buenos resultados. Entre un 10 y un 20 % de los pacientes con Parkinson van a requerir algún tipo de intervención más compleja, como cirugía de estimulación cerebral o lesional o bombas de medicación subcutánea.
“La cirugía busca solucionar síntomas como rigidez o temblores y consiste en implantar electrodos intracerebrales que inhiben los circuitos neuronales que pueden estar alterados por la enfermedad. Luego de la intervención, es importante que la persona tenga un seguimiento por el equipo médico, ya que la programación eléctrica puede modificarse las veces que sea necesario para continuar con la mejora de sus problemas motores", fundamentó el jefe de la Sección Neurocirugía Funcional, Carlos Ciraolo.
Otro pilar importante del tratamiento son las terapias no farmacológicas. La kinesiología y la rehabilitación motora son fundamentales para tratar algunos aspectos de la enfermedad como los trastornos posturales y de la marcha. Aquellos pacientes con dificultad fonatoria o deglutoria se van a beneficiar del tratamiento foniátrico. Los psicólogos y psiquiatras son de gran ayuda para enfrentar los aspectos conductuales de esta enfermedad, como depresión, impulsividad, etc. En algunos casos, los pacientes requieren, además, que un nutricionista los oriente en su alimentación ya sea para modificar su dieta para la mejor absorción del tratamiento farmacológico o para evitar la pérdida de peso o su aumento desmedido. La estimulación cognitiva es otra terapia que beneficia a los pacientes más avanzados que manifiestan síntomas de esa esfera. Todos ellos, permiten a los pacientes mantener su independencia el mayor tiempo posible.
En adición a esto, si el ejercicio físico es incorporado regularmente a la rutina diaria también puede ayudar a mejorar el estado de salud. Así lo explica el Dr. Bauso: "Cada vez hay más evidencia que demuestra que el ejercicio aeróbico regular puede mejorar los síntomas motores y no motores de la enfermedad, así como también la calidad de vida del paciente. Actividades como caminar, bailar o practicar yoga pueden marcar una gran diferencia en la evolución de la enfermedad". La calidad de vida depende, en buena parte, de cumplir con el tratamiento acordado y trabajar en equipo con los profesionales de salud.
Sobre la enfermedad de Parkinson
La Enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica y progresiva que afecta diversas estructuras del sistema nervioso, entre ellas las encargadas de regular ciertas características de los movimientos como la velocidad y amplitud, el equilibrio, la marcha y la postura. Pero también a muchos otros sistemas que intervienen en funciones no motoras reguladas por el sistema nervioso (sueño, olfato, estado de ánimo, tránsito intestinal, cognición, etc.).
Su causa aún es desconocida pero se cree que existiría una combinación de factores genéticos y ambientales. Entre el 10 y el 15 % de los casos, la enfermedad puede ser hereditaria pero la mayoría de las veces los pacientes no cuentan con antecedentes familiares.
No todas las personas con temblores tienen enfermedad de Parkinson. Por eso, el mejor modo de realizar el diagnóstico es que el paciente sea valorado por un médico especialista en esta condición. Por lo que ante la presencia de síntomas sugestivos el paciente debe concurrir a la consulta especializada. El diagnóstico precoz y tratamiento temprano ayudan a mejorar la calidad de vida.