Aprender Salud
Género, Empleo y Salud: Empoderadas en tiempos de crisis
Visitamos el Centro de Medicina Fliar. y Comunitaria San Pantaleón para conocer sobre el programa que llevaron a cabo.
Visitamos el Centro de Medicina Familiar y Comunitaria San Pantaleón para conocer sobre el programa que llevaron a cabo. Y participamos de una clase de zumba, que convoca a decenas de mujeres todas las semanas.
“Durante este último tiempo, los problemas relacionados por la falta de empleo han impactado fuertemente en la comunidad y los casos llegan también al centro de salud y a su área de trabajo social. Las mujeres son quienes lo manifiestan más abiertamente. Decidimos abordar el problema de la empleabilidad, ya que una mujer empoderada puede decidir y elegir, condiciones necesarias para salir, incluso, de situaciones violentas.”
Esto nos cuentan los responsables del Centro de Medicina Familiar y Comunitaria San Pantaleón, ubicado en Bajo Boulogne, San Isidro, a donde nos acercamos para conocer esta perspectiva más amplia sobre la salud, que surge de estar atentos a los problemas y necesidades de la comunidad. En este caso, la falta de trabajo y su impacto en las mujeres.
Les proponemos conocer este proyecto y también el caso de zumba, una actividad que comenzó por iniciativa de una enfermera que rotó por el centro, continuó de la mano de una alumna – hoy profesora – y convoca a decenas de mujeres cada semana.
Fortalecimiento para la empleabilidad
Que tu origen no incida en tu destino
Se llevaron a cabo durante seis meses. Participaron mujeres de la comunidad del Bajo Boulogne que desean encontrar herramientas para sustentarse.
¿Cómo un centro de salud puede ayudar a transformar mi realidad? Se pregunta la Lic. Ivana Carballeira, coordinadora del Programa, a quien entrevistamos para conocer detalles del proyecto que realizaron este año para dar una respuesta a la comunidad ante la falta de empleo.
“Incorporamos un consultorio de trabajo social donde las personas de la comunidad pueden concurrir por diferentes inquietudes o aspectos sociales de su vida. Así fue que, entre enero y mayo de este año, se acercaron 17 mujeres (muchas de ellas jefas de hogar) con la necesidad de insertarse en el mercado laboral”, comienza relatando.
¿Por qué el centro de salud se involucra en esta problemática?
El Hospital Italiano tiene un abordaje bio-psico-social de la salud, al cual yo adhiero. No importa si somos centro de salud, escuela o bolsa de trabajo, acá hay una necesidad y debemos actuar. La comunidad se acerca a nosotros porque nosotros estamos todo el tiempo promoviendo eso. Hace 18 años que trabajamos con ellos y conocen nuestra forma de abordar o mirar la salud.
¿Cuál fue la propuesta que elaboraron?
El tema lo tomó el centro de salud, junto con Centro de Formación Profesional Sta. María del Camino y el departamento de Responsabilidad Social del Hospital Italiano. Así fue como comenzamos a pensar diferentes alternativas. La primera etapa la desarrollamos junto a la Asociación Civil Diagonal en la que trabajamos “El fortalecimiento para la Empleabilidad” a la que asistieron 20 mujeres del barrio con experiencias de vida increíbles y motivadoras. Pensamos en una experiencia abierta y no solo para mujeres, pero fue así como sucedió. Cabe destacar que Bajo Boulogne, dentro del Partido de San Isidro, tiene índices elevados de pobreza y situaciones de violencia.
Ivana (derecha) y parte del equipo del Programa entregan el diploma a una de las participantes.
¿Cómo fue la experiencia?
“Este es mi momento, quiero priorizarme, ya crié a mis hijos, quiero trabajar...”, nos contaban las mujeres. Se generó un grupo muy lindo y se trabajó para ir dando herramientas que puedan fortalecerlas, muchas de ellas no han terminado el secundario. A través de los encuentros aprendieron a hacer un CV, incluso a manejar la computadora para poder elaborarlo. También trabajamos cómo vender un producto, presentarlo, ofrecerlo en las redes sociales...
El objetivo fue que puedan desarrollar y encauzar lo que saben y les gusta hacer, de modo que les sirva para subsistir, para sustentarse.
En la primera etapa, de seis encuentros, se logró tener un abordaje bastante amplio de lo que es el mundo del empleo, tanto de lo formal como desde el emprendimiento. Fue tan grande el impacto en el grupo que propusimos una segunda etapa, de ocho encuentros. Allí trabajamos autoconocimiento y habilidades que cada una tiene para aportar, así como los miedos y limitaciones, entre otros temas.
¿Cuáles son estas barreras que identificaron?
Está bueno esto de desterrar la idea de que tu origen condicione tu destino. Ellas nacieron acá, son de esta comunidad, con todas sus limitaciones y falta de recursos económicos, se dieron cuenta que tienen mucho para aportar y transformarse. Pero es ampliar la visión, decir “yo estoy acá, tengo estos recursos y con ellos, sumado a los conocimientos que adquiera, puedo salir adelante”. Que su origen no sea una limitación ni las prive de llegar a donde quieran.
¿Qué conclusiones les dejó la experiencia?
El final de esta segunda etapa fue el viernes 29 de noviembre, una fecha emblemática para nosotros ya que ese mes (el día 25) se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Este fue un inicio, un punto de partida para este grupo de mujeres que decidieron, este 2019, asumir el protagonismo y salir adelante. El año que viene seguro continuemos de alguna u otra forma.
Zumba: El fenómeno que hace bailar a San Pantaleón
Claudia comenzó como alumna y asumió el desafío de ser la instructora de zumba. Conversamos sobre esta actividad, que dos veces por semana convoca a decenas de mujeres, y lo que significó para ella, que encontró una nueva vocación.
Mónica y sus alumnas de zumba, en acción.
¿Cómo es bailar de zumba en una parroquia?
A muchos le llama la atención el lugar y preguntan ¿es en la iglesia? Para la comunidad fue todo un tema, pero luego empezaron a conocer que no solo venimos a bailar y a divertirnos sino que, detrás de eso, hay otra cosa más. Las chicas vienen con mucho peso de lo cotidiano, dejan todo en la puerta, se ponen a bailar y se olvidan de todo. La comunidad comenzó a ver esto y, tras mucha insistencia, ahora hasta nos promocionan y alientan.
El objetivo es sociabilizar, moverse y prolongar la vida activa del adulto mayor. Pero el grupo es muy heterogéneo, hay una chica en sillas de ruedas, otra con capacidades diferentes, mujeres mayores y chicas jóvenes. Las frases que se escuchan cuando van llegando son: "el médico me recomendó", "necesito hacer algo por mí", "quiero salir de casa", "no sé a dónde ir", "me dijeron que está bueno". La idea es divertirnos, si no me sale la coreo, no pasa nada. Si tengo ganas de sentarme, me siento, no hay ningún problema.
"Es una hora para mí, es una hora donde me distraigo, donde me olvido de mis cosas. Quedan afuera el marido, la casa, los hijos, el trabajo, la plata, la comida... Me olvido de todo."
¿Cómo empezó esta actividad que hoy coordinás?
El proyecto lo empezó una chica que estaba estudiando enfermería. Duraba solamente un mes y luego nos quedábamos sin clases. La profe me insistió y me dio confianza para que tomara la posta. Ahí descubrí que esto es lo mío, que es lo que yo quiero. Pasaron tres años y ahora me siento segura, ahora sé que puedo.
¿Qué significó para vos asumir este rol?
Fue un antes y un después en mi vida, ¡siento que este año me están saliendo un pedazo de alas que no se imaginan! Tengo ganas de un montón de cosas y ahora sé que puedo y que lo voy a lograr. Yo quiero trabajar de esto, hice el profesorado de baile fit, ahora soy instructora, y estoy terminando el secundario, que es lo que necesito para buscar trabajo.
Antes me preocupaban mucho las coreografías, que me olvidara como seguían, me daba miedo el ridículo, miedo que se rían, pero ya no. Siento que crecí: investigo, aprendo, intento crecer más, y eso me da seguridad. Estoy todavía con sobrepeso, lucho con la obesidad, pero tengo el apoyo de la familia.
¿Por qué creés que zumba pegó tan fuerte en la comunidad?
Sé que ayuda un montón, no solamente en lo físico sino en lo espiritual o lo humano. La parroquia es grande, hay muchos servicios y muchas veces soy un poco el puente entre la señora que sufre violencia de género con la psicóloga, la señora que está con problemas de obesidad y quiere ir a la nutricionista. No soy "La profe", soy la amiga, pueden contar conmigo. Y quizás zumba es la puerta de entrada para alguien que después se engancha para otra cosa...Es la puerta de entrada, ¡y se necesita!
¿Qué le diría a alguien que quiere comenzar? "Te paso a buscar y vamos. Si querés, te quedás sentada y mirás la clase, si no te gusta te vas, pero te vas a enganchar seguro".
La comunidad opina
Mariana y Pochi son vecinas de Bajo Boulogne y concurren a San Pantaleón, participan de las clases de zumba y se sumaron a la entrevista que realizamos. Aquí compartimos sus perspectivas.
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La actividad. “Te movés sí o sí, por más que te de vergüenza. Al principio iban todas para allá y yo iba para el otro lado. Pero después te vas dando cuenta que es cuestión de adaptarse y reírte, reírte de vos misma, de lo que te está pasando en ese momento, qué es lo más lindo. A veces venís medio enojada por cosas de la vida, pero de acá te vas con pilas, con mucha energía. Eso es lo lindo de compartirlo. Y en las coreo hay momentos en los que nos involucramos unas con las otras, entonces empezás a romper esa barrera del 'no te conozco, no te saludo', al contrario.”
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El rol de la profe. “Creo que Claudia es un ejemplo de persona y está rompiendo una barrera y una estructura… ¿Si ella puede por qué no voy a poder yo? Si hoy no puedo mover una parte del cuerpo porque me duele, no importa, voy igual... A esta edad, una siente que ya no sirve, y encontrar la veta en algo que te gusta, en algo en que te sentís plena y que lo podés demostrar y lo disfrutás como lo disfruta ella, es hermoso.”
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El Centro Comunitario. “En el grupo de San Panta nos han dado charlas, nos contaron cuentos, ¡Que te cuenten un cuento a esta edad...! Más de uno nos emocionamos, nos removió un montón de cosas lindas. También vienen las enfermeras y son una guía para las que queremos bajar de peso, eso también te incentiva. No es como cuando vas a un gimnasio que sos el que paga la cuota, acá hay una contención entre todas, una se siente mejor.”
Publicado en la revista digital Aprender Salud - Diciembre 2019.
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