¿La Salud Digital es Diversa? >
"Reflexionando Colectivamente: ¿La Salud Digital es diversa?"
Innova Salud Digital

¿Cómo nos definimos?

Nuestra disciplina nace formalmente a fines de los ‘70 con el boom de la aplicación de la tecnología en los procesos de salud. En esos años, se llamaba exclusivamente “Informática médica” y fue definida por Morris F. Collen en 1977 como “la aplicación de la tecnología informática a todos los ámbitos de la medicina - la atención, la enseñanza y la investigación médica”

Con el pasar de los años, nuestra concepción del alcance de la disciplina, así como los avances tecnológicos fueron avanzando, haciendo que sus definiciones vayan mutando, transformándose. Por ejemplo, Enrico Coiera en 1997 comienza a hablarnos de “Informática en salud” como el campo que se dedica al “estudio de cómo el conocimiento médico multidisciplinario es creado, conformado, compartido y aplicado, la manera en cómo pensamos los pacientes, y cómo los tratamientos son definidos, seleccionados y evolucionados”. 

Por su parte, José Ignacio Valenzuela en 2016 nos dice que “la informática en salud es una disciplina que estudia cómo se crea y se moldea la transformación de datos en sabiduría, y cómo esta se comparte y se aplica en las diferentes áreas de la salud, entendidas éstas a un nivel multidisciplinar que incorpora las ciencias informacionales y las computacionales, pero también las ciencias sociales, cognitivas, administrativas y estadísticas, tomando como sustrato información de múltiples niveles, desde lo molecular hasta lo poblacional, pasando por la información clínica individual de una persona”.

Esta impronta de hablar de “Salud” sigue avanzando en los últimos años, en tanto empezamos a referirnos a nuestro campo como e-Salud o la Salud Digital, sacando el foco al término “Informática”, que aportaba un acento a lo técnico. 

Estos cambios en cómo nos nominamos como disciplina no son menores, más bien reflejan cómo a través de los años vamos evolucionando como área disciplinar. En ese camino encontramos algunos saltos evolutivos de relevancia que pasamos a compartirles. 

De lo médico a la salud y a la apertura a la interdisciplina

Tal como mencionamos anteriormente, la disciplina se inicia desde una mirada médico-centrista. Cuando hablamos de “Informática médica” nos referimos a la aplicación de las tecnologías de información y comunicaciones (TICs) en el área médica de forma casi exclusiva, invisibilizando muchas otras áreas y profesiones involucradas en el cuidado integral de la salud. Si bien desde el comienzo la enfermería también fue protagonista en el área, el resto de las profesiones de la salud, así como a aquellas que son parte de la atención de las personas o de los procesos de atención, como la antropología, la sociología, la comunicación social, entre otras, estaban excluidas. 

Esto nos remite al famoso modelo médico hegemónico. ¿Qué es este modelo? Es una concepción sobre la salud y la medicina, que nos habla de una mirada individualista y biologicista sobre las personas, que tiende a medicalizar a las personas como solución a sus enfermedades y que se centra exclusivamente en el análisis médico sobre los seres humanos y sus enfermedades. Este modelo no contempla una visión integral y holística sobre las personas, más bien recae en un formato fragmentado dejando de lado las implicancias que puede tener sobre los procesos de salud-enfermedad de las personas las condiciones ambientales, las relaciones interpersonales, los aspectos, sociales-culturales, entre otras variables. 

Este modelo también está presente en la generación de conocimientos o en la aplicación de tecnologías de la información en la salud. A medida que avanzamos en la historia de la disciplina, vemos cómo el modelo médico hegemónico comienza a ser cuestionado. De esta forma, cuando empezamos a hablar de “Informática en salud” no solo cambiamos un término, cambiamos nuestra mirada, la forma de concebir los problemas y abordar soluciones en la disciplina. Además, como lo vemos en las definiciones que compartimos, nos abrimos a lo multidisciplinar, a la incorporación de diversas disciplinas, profesiones y ciencias como las ciencias sociales, de gestión o administración, de diseño, UX, economía, derecho, ciencia de datos, etc, lo cual nos permite diversificar nuestra forma de entender y construir la salud digital. 

Es con esta sumatoria de perspectivas que se empiezan a problematizar cuestiones que en un principio no se ponían sobre la mesa: ¿Todas las personas tienen acceso? ¿Se contemplan las distintas capacidades de las personas para utilizar dispositivos o aplicaciones? ¿Les profesionales de la salud, tienen el conocimiento para la aplicación de la tecnología en sus procesos de atención? ¿Qué registramos en los historiales electrónicos de salud? ¿Qué concepciones de salud están por detrás? 

Además, hoy en día con los avances tecnológicos y su masificación, hace que las personas aumentemos el consumo de tecnología de avanzada, redes sociales, del metaverso, por ejemplo, así como también tenemos disponible en internet mucha información sobre salud. Eso nos “empodera” y hace equilibrar la balanza en pos de una relación más simétrica entre el equipo de salud y las personas-pacientes. Por eso, empieza a visibilizarse la necesidad de involucrar más a las personas-pacientes a nuestras innovaciones tecnológicas, en la generación de aplicativos y en la conformación de los procesos de atención.

Actualmente nos encontramos con un cambio de paradigma en la atención de las personas, en la conformación y funcionamiento de las organizaciones de salud, que acompaña y fomenta un avance en la disciplina hacia una salud digital centrada en las personas donde interactuamos interdisciplinariamente para generar productos y servicios de calidad. 

La profesionalización de la disciplina: de la empiria a la formación académica

Si hay algo que muestra cómo estamos creciendo como disciplina es el gran abanico de ofertas académicas de formación en diferentes áreas de la salud digital: residencias, cursos de posgrados, maestrías, fellowships, pasantías, MBA. 

Si nos remontamos a los inicios de la disciplina, no encontramos planes de capacitación formales, más bien se trataba de una actividad aficionada que profesionales de medicina y enfermería realizaban mientras desarrollaban otras tareas. Con el tiempo, emergió la necesidad de que diferentes actores del sistema de salud comenzarán a capacitarse en el campo en función de su perfil, rol y función. 

En este sentido, uno de los programas más conocidos fue el impartido por la Asociación Americana de Informática Médica (AMIA) llamado “10x10” que pretendía capacitar a 10.000 profesionales en Informática en Salud para el 2010. Para ello, se buscaba que en cada hospital un profesional de medicina y de enfermería adquieran la formación, apuntando a aquellas personas interesadas en convertirse en líderes de implementación de registros electrónicos. De esta forma, la AMIA colaboró con muchos países del mundo para que cada uno adaptará los contenidos a su contexto local. 

De esta manera, se empezó a establecer una formación estándar, con competencias  definidas y con certificaciones en la disciplina. También se desarrolló un código de ética. Todos estos aspectos hacen a la profesionalización de la disciplina. 

Esta formación estándar también se ve influenciada por el cambio de mirada que mencionamos anteriormente: las competencias definidas para los perfiles profesionales dentro del campo en un inicio se acotaba a conocimientos sobre el sistema de salud, la atención clínica y las TICs, mientras que actualmente las competencias definidas por la AMIA son mucho más abarcativas (como podemos apreciar en la imagen) dado que las lecciones aprendidas en los proyectos de salud digital evidencian que los conocimientos técnicos no son suficientes y que para desarrollarnos en el campo requerimos de múltiples habilidades y conocimientos tales como el liderazgo, la gestión de de proyectos, la planificación y visión estratégica, la negociación, la gestión de cambio, el entendimiento de la cultura organizacional, etc.

¿Conoces las residencias que existen en la Ciudad de Buenos Aires?

Las residencias son una modalidad de formación de posgrado ampliamente utilizada en salud, que se caracterizan ser un sistema remunerado de dedicación completa y exclusiva en instituciones ligadas a la salud, con una duración entre 3 y 5 años, en las que se aprende haciendo, es decir, se integra la teoría con la práctica en un contexto asistencial o comunitario aplicando directamente los conocimientos teóricos a la práctica. 

La formación en Salud Digital mediante residencias no es muy común de encontrar en el mundo. Sin embargo, en la Ciudad de Buenos Aires contamos 2 residencias para especializarse en Informática en Salud o Sistemas de Información en Salud. ¡Te contamos de estas joyas!

  • Residencia en Informática en Salud del Hospital Italiano de Buenos Aires (Más info)

Nació en el 2001, se llamaba “Residencia de Informática Médica” y estaba dirigida exclusivamente a profesionales del área de medicina. En el año 2014, empezó a admitir a profesionales de enfermería. En el año 2017 cambia su nombre a “Residencia de Informática en Salud” y en el año 2018 invita a que se sumen a profesionales de Farmacia, Bioquímica, Enfermería, Fonoaudiología, Kinesiología, Psicología, Nutrición, Educación, Pedagogía, Psicopedagogía y Sociología. Esta residencia todos los años abre cupos para su ingreso a través de una entrevista de admisión. 

  • Residencia Interdisciplinaria en Sistemas de Información en Salud (RISIS) del Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. (Más info)

En el año 2010 se abrió la llamada “Residencia en Informática Biomédica” en el Hospital General de Agudos Vélez Sarsfield, dirigida a personal de medicina. Lamentablemente la misma no prosperó y cerró sus puertas. En el año 2017, con una agenda digital imperante en el sistema de salud público, se abre nuevamente la residencia “RISIS” convocando desde su inicio a profesionales de la psicología y las ciencias sociales. Esta residencia todos los años abre cupos para su ingreso a través del sistema de examen único de residencias. 

¿Qué hace un residente en nuestra disciplina? 

  • Aprende trabajando sobre proyectos de informatización: Historia de Salud Electrónica, Portales personales de Salud, Sistemas de Soporte para la Toma de Decisiones, Telemedicina, chatbots, entre otros. 
  • Identifica necesidades, analiza sistemas de información y detecta oportunidades de mejora, diseña e implementa sistemas de información que acompañen procesos sanitarios de asistencia, docencia, investigación y gestión en salud, testea productos, da soporte, elabora y ejecuta planes de comunicación capacitación, y evalua implementaciones.
  • Difunde experiencias y conocimientos en ámbitos académicos nacionales e internacionales para el desarrollo de la disciplina.

 

Lo que no se nombra no existe

A la luz de esta breve historización podemos apreciar que el aquí y ahora de nuestra disciplina nos muestra un gran avance en relación a sus inicios y eso no solo se deja ver en un cambio de nominación de nuestro campo, sino en cómo se van conformando los equipos, qué disciplinas son convocadas, qué competencias y conocimientos valoramos. 

Conceptual y teóricamente entendimos que los proyectos de salud digital conllevan una complejidad enorme, y que para responder a ellos de forma exitosa debemos abordarlos de forma interdisciplinaria. Aún así, la mayoría de las personas que se desarrollan en la disciplina siguen siendo médicos/as y enfermeros/as, siendo a nivel mundial enfermería quienes cuentan con mayor cantidad y posibilidad de certificaciones. Eso nos lleva a preguntarnos: si no sumamos a profesiones como psicología, sociología, comunicación, ¿Qué problemáticas trabajaría la salud digital? ¿Cuáles serían sus abordajes? ¿Podría pensarse a las personas usuarias en su contexto socio cultural? ¿Cómo continuaría la evolución del campo? La incorporación de nuevas profesiones, conocimientos y metodologías a la disciplina nos permite tener una mirada más inclusiva y diversa sobre las problemáticas que trabajamos y nos permiten abordarlas con la complejidad que requieren. 

Si algo caracteriza a este equipo de Diversidad en Salud Digital es traer a nuestros diálogos a la perspectiva interseccional y reflexionar cómo nos atraviesa en la salud digital. En este sentido, entendemos que hay que continuar este cambio de paradigma en la disciplina, incorporar miradas nuevas, diversas, integradoras para continuar avanzando y mejorando la calidad de los productos y servicios que generamos y el acceso de todas las personas a la salud. ¡Sigamos evolucionando!

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