Para describir las características y la repercusión del uso de la telemedicina, en el contexto de pandemia en Tucumán, hay que repasar las etapas más importantes de dicho proceso.
A nivel del Ministerio de Salud Pública de la Provincia de Tucumán, se planificaron en una primera etapa, los Consultorios Virtuales NO COVID, a través de tecnología en telemedicina, para poder resolver las consultas de forma no presencial, en concordancia con el aislamiento social obligatorio, decretado a nivel nacional y en el
marco del Plan de Contingencia Provincial COVID-19.
Se puso en marcha la habilitación de los consultorios virtuales, que se organizaron en treinta y un áreas de atención, distribuidas en cuatro salas, (dos en el Departamento de Informática y dos en el número de emergencias 107).
Los consultorios virtuales fueron implementados en toda la provincia en nodos de atención, siendo más de setenta y participando más de doscientos profesionales de diferentes especialidades, con el objetivo de cumplimentar con las medidas preventivas, tomadas para evitar la circulación del coronavirus. A la vez que permitieron asegurar la continuidad de la atención sanitaria en las especialidades de clínica, pediatría, neumología para adultos y cardiología en una primera instancia y en dermatología, endocrinología, medicina del dolor y kinesiología posteriormente.
A través de la línea telefónica gratuita Salud Escucha, la página web del Ministerio de Salud Pública de la provincia de Tucumán y la app móvil TUCSALUD, se solicitaron turnos para la atención de especialistas por videollamadas. El uso de la telemedicina en estas circunstancias posibilitó realizar diagnósticos, tratamientos, controles a pacientes con diferentes necesidades, asesoramiento y recetas digitales, respetando la confidencialidad.
En una segunda etapa, se fortalecieron con cuarenta y seis unidades de atención, que incluyeron a hospitales de referencia y del interior. También se elaboró la cartilla prestacional con las siguientes especialidades: Clínica General, Pediatría, Endocrinología, Neurología, Cardiología, Dermatología adulto/ niño, Gastroenterología, Neumología, Cirugía de Cabeza y Cuello, Psiquiatría en adultos, Psicología, Traumatología, Psicopedagogía para pacientes con Autismo, Kinesiología y Rehabilitación, Enfermería, Gerontología, Urología, Odontología, Ginecología y Trabajo Social.
Asimismo, se automatizó el uso del Sistema de Gestión Hospitalaria (SGH) y el Sistema de Gestión Central (SGC). La provincia de Tucumán, cuenta con un Sistema de Gestión Hospitalaria, encargado de recopilar y administrar tanto los datos de la capa clínica, a través de la Historia Clínica Electrónica, como los datos de la capa administrativa. El SGH, permite la interoperabilidad en la red de salud.
El acceso a los datos, particularmente del sector público, permitió disponer de información oportuna sobre la cobertura social del usuario y el recupero de costo en la consulta virtual.
La estructura funcional de los consultorios virtuales, fue modificándose en base al desarrollo de su entorno, absorbiendo funciones, determinando acciones, generando nuevos ámbitos de aplicación. La implementación de esta nueva modalidad de atención médica y su inclusión dentro del ámbito organizacional en el Sistema
Provincial de Salud, hizo que sea necesario reorganizar los Recursos Humanos y capacitarlos, lo que permitió descentralizar las funciones en un nuevo escenario, para dar continuidad a la atención en salud de la comunidad.
La aplicación de nuevas tecnologías en las actividades de los profesionales de la medicina, ha permitido a los gestores de salud, tener un mayor conocimiento de las necesidades de la sociedad y brindar un servicio complementario y en muchos casos único por su accesibilidad y rapidez en la atención de la salud.
En la provincia de Tucumán, la implementación de la Telemedicina, se realizó en cada hospital y en los consultorios virtuales del Sistema Provincial de Salud, (Si.Pro.Sa) que fueron montados en el espacio donde funciona la Dirección de Emergencias 107.
Para evaluar en primera instancia, esta experiencia de aplicación y uso de la Telemedicina, en nuestra provincia, se tomaron como referencia cuatro hospitales pertenecientes al Sistema Provincial de Salud, del área metropolitana y los consultorios virtuales.
De esta manera, se logró:
- Identificar las teleconsultas por unidad médica en la Red de Salud de
Tucumán.
- Conocer el uso de Telemedicina y su impacto según el perfil del usuario.
- Analizar la consulta remota por especialidad durante la pandemia.
- Describir la cobertura social del usuario y recupero de costo en la consulta a
distancia.
Algunos resultados
Incorporando las consultas remotas que ingresaron por Consultorios Virtuales y por el 107, el número de Teleconsultas ascendió un 12% sobre el total registradas.
El estudio sobre la Telemedicina y los hábitos de Teleconsulta, durante la pandemia en la provincia, revela que el grupo etario y sexo que más adherencia tuvo a la Telemedicina, fueron las mujeres de entre 30 a 49 años.
El 43.4% utilizó plataformas online para comunicarse con un profesional por primera vez durante la pandemia. El 56.5% de usuarios realizó consultas médicas virtuales de seguimiento desde el inicio del aislamiento social obligatorio.
Visión a futuro
Es posible que la telemedicina, sea presentada como una alternativa para evitar la saturación de los sistemas de salud y para mejorar la accesibilidad. Esto obligará a plantearse nuevos modelos, para la práctica médica a distancia y el uso de los avances tecnológicos. La estandarización de la práctica de la telemedicina, puede convertirse en una solución sostenible para emergencias de salud pública y atención de rutina, además debe estar totalmente integrada a la estructura y políticas de salud y como todo procedimiento novedoso, genera una serie de dilemas éticos.
Sin embargo, a pesar de las grandes posibilidades y aplicaciones de la Telemedicina, es necesario que se realicen evaluaciones rigurosas de los proyectos de Medicina 2.0, uno, porque todos los sistemas de salud enfrentan retos de sostenibilidad financiera y dos, por la falta de suficiente evidencia clínica en este tipo de proyectos. La evaluación planificada debe ser capaz de determinar la viabilidad de la implementación, de monitorizar los procesos para llevarla a cabo y establecer buenas prácticas en su uso y aplicación.
Del mismo modo, el desarrollo de los indicadores de evaluación debe ser parte integral de la planificación, ya que es sumamente importante medir el impacto en salud en este tipo de proyectos.