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"¿Qué es esto del Metaverso?"
Julián Lapuerta
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El 28 de octubre del 2021, Facebook anunciaba a través de un showcase presentado por su CEO y fundador, Marck Zuckerberg, que cambiaba su nombre a “Meta”. Esto con el objetivo  de representar los múltiples proyectos y la nueva visión que la corporación está llevando adelante. Fue ese mismo día en el que se introdujo en la conversación del público un nuevo término: Metaverso. 

 

El origen proviene de la novela “Snow Crash” publicada en 1992 por el autor estadounidense Neal Sthephenson. La trama del libro describe al metaverso como una realidad virtual a la que se escapan los habitantes de una sociedad distópica para tener vidas paralelas de fantasía. 

El concepto es tomado para explicar estos “nuevos” mundos virtuales en los que se propone la interacción con ellos, con sus actividades y entre los usuarios, todo mediante avatares. Este tipo de dinámicas, lejos de ser nuevas, se vienen viendo desde hace años con comunidades virtuales como “Second Life” (2003), “Club Penguin” (2005) o juegos MMO (Massive Multiplayer Online) como el “RuneScape” (2001) o el “World Of Warcraft“ (2004). Sin embargo, estos mundos virtuales, que se están presentando como metaversos, tienen un aliciente y es su relación intrínseca con la tecnología de blockchain. 

 

La blockchain, explicada brevemente, es una tecnología que funciona como una red que registra constantemente todas las transacciones que realizan aquellos que participan en ella, guardando los estados de los balances de todos sus usuarios de forma inalterable, y descentralizada. A diferencia de la creencia popular, existe más de un blockchain, como por ejemplo en la que opera la Bitcoin, en la que opera el eThereum (las dos criptomonedas mejor valuadas según la página CoinMarketCap que evalúa las cien criptos más importantes por capitalización de mercado), entre muchas otras. Para información más detallada podés acceder a esta nota.  

 

La descentralización que esta tecnología propone, consta del hecho de que esas transacciones no están gestionadas por un ente regulador. Sino por contratos entre las partes de dichas transacciones, validados por el resto de participantes de la red. Una vez validada la transacción, esta queda registrada. 

 

Es este registro permanente e inalterable de la blockchain lo que permite, entre otras funcionalidades, ratificar la propiedad sobre las cosas en Internet. Así explotan esta tecnología los NFTs.

 

Los Non Fungible Tokens o token no fungible, son certificados sobre la propiedad de una cosa. Los NFT, atraviesan transversalmente a los metaversos como Decentraland o The Sandbox, por mencionar dos de los más conocidos, cuya propuesta va de la mano de este concepto de blockchain, descentralización y NFTs. 

 

Ambos “metaversos” funcionan sobre la blockchain de eThereum, la que les proporciona la tecnología para el registro de las transacciones que hacen sus usuarios. Sumado al concepto de descentralización que esta tecnología propone, lo que se plantea es que el usuario tiene “voz y voto” en las decisiones que afecten de gran manera ese mundo virtual porque es dueño de una parte de ese universo; la posesión de un NFT lo ratifica.  

Sin embargo, no es condición sine qua non la compra y venta de NFTs para participar. Tanto Decentraland como The Sandbox permiten el ingreso de las personas que quieran curiosear, sin la necesidad de acreditar dinero. En el caso de la primera, a través de la opción de ingresar como un invitado y para la segunda, registrándose desde redes sociales. 

 

¿Cómo ser dueño?

Para formar parte de la compra y venta de NFTs es necesario registrarse mediante una cripto wallet. 

 

Las cripto wallets son herramientas que permiten la interacción directa con las criptomonedas que los usuarios tengan en la blockchain. Ambos metaversos nombrados utilizan MetaMask, que permite la interacción con la blockchain de eThereum. Una vez que se ingresa con una cripto wallet, el usuario puede empezar a obtener las monedas que ofrecen los juegos. 

Tanto Decentraland como The Sandbox, cuentan con criptomonedas propias. Estas pueden conseguirse jugando o, para aquellos que no cuentan con tanto tiempo, comprándolas. Al momento de la escritura de esta nota, según CoinMarketCap, MANA (la cripto de Decentraland) tiene un valor de 1,01 dólares y SAND (la de The Sandbox) un valor de  1,27 dólares. Se debe considerar que estos fluctúan constantemente.  

Ya contando con sus criptomonedas el usuario podrá participar activamente del mercado de NFTs del metaverso al que se haya registrado. Al acceder, se encontrará con que los hay de diversos tipos, que van desde los wearables, que básicamente son vestimentas o accesorios para nuestro avatar, hasta parcelas o tierras (el nombre varía dependiendo del metaverso en el que estemos) que son literalmente pedazos de terreno dentro del juego, que pueden ser modificados por el usuario que ejerza la propiedad del mismo. 

 

Uno de los atractivos que presentan los NFT’s, específicamente los wearables, es que muchas veces son creaciones de los propios usuarios. Es este factor en el que diversas empresas del mundo están viendo potencial y lanzando sus propios NFT’s. Precisamente, en mayo de este año, Decentraland fue anfitriona de su propia Fashion Week, en la que se presentaron distintas marcas como “Dolce & Gabanna” o “PUMA” entre otras setenta organizaciones. El caso de The SandBox cuenta con “Adidas”, entre otros, como sponsor y también tiene un partnership con el reconocido rapero Snoop Dog, con quien hace poco lanzaron una colección de wearables. 

 

Pero esta “metaversomanía” no se queda solo en marcas relacionadas con el mundo de la moda, muchas compañías están aprovechando la compra y venta de tierras para poner sus propias tiendas de NFTs, e incluso tiendas para comprar productos o servicios con impacto en la vida real. 

Según la revista InfoTechnology, el banco JP Morgan anunció a principios de este año una inversión en Decentraland para crear "Onyx", un salón en el que la entidad ofrecerá servicios financieros basados en Ethereum.

 

¿Qué propone Zuckerberg?

Meta aún se encuentra dando los primeros pasos para adentrarse en esta lógica, y de hecho su intención es ingresar en los metaversos incorporando a la mezcla la realidad virtual. 

Por el momento, la propuesta que tiene Meta para cumplir esas ambiciones es Horizon Worlds, una plataforma de realidad virtual en línea, donde se puede entrar a diferentes mundos e interactuar con otros avatares. Pero esta todavía no se encuentra enlazada a ninguna blockchain.

 

Para acceder a Horizon se debe contar con el headset de realidad virtual Oculus Quest 2, desarrollado también por la compañía, y que tiene un costo aproximado de 300 dólares, otro factor que los distancia en gran medida de otras propuestas anteriormente mencionadas. De hecho, una de las fortalezas de estos metaversos es presentar un acceso más sencillo, en cuanto a requerimientos de hardware, para así captar más interesados. Sin ir más lejos, hasta marzo de 2022, el ingreso a Decentraland solo podía realizarse a través de su web, cosa que cambió a partir de ese momento con el lanzamiento de su versión para escritorio, que permite a los usuarios descargar y hacerla correr desde sus propias computadoras. De todas formas,  Meta se mantiene en su intención de incorporar realidad virtual a toda costa, y así lo han hecho saber en sus últimas comunicaciones.



 

Julián Lapuerta

Estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, actualmente trabaja para el área de Comunicación y Marketing del Departamento de Informática en Salud del Hospital Italiano.