Acelerar la digitalización en el sector de la salud se ha vuelto crucial: los avances tecnológicos no sólo impactan en la forma en que se realiza la atención médica, sino también en la manera en que profesionales y pacientes acceden a una experiencia optimizada con mejores resultados. Pese a ello, en Latinoamérica aún hay un largo camino por recorrer: tan sólo 16 países de la región cuentan con una estrategia de Salud Digital.
En un contexto global donde los costos en salud siguen aumentando, la digitalización no sólo permite una atención médica más eficiente y con un mejor acceso, sino que también abre nuevas oportunidades para mejorar la calidad de vida de las personas, previniendo episodios inesperados con resultados graves para los pacientes y costosos para el sistema.
En este sentido el seguimiento continuo habilita el monitoreo remoto del estado de salud de los pacientes. Esto por un lado posibilita que estén más controlados y por otro, que las instituciones puedan ser más eficientes al evitar gastos inesperados de altos costos como internaciones y cirugías. De esta forma, la experiencia de todos los involucrados en el patient journey se mejora: el paciente se siente más cuidado, los profesionales de la salud pueden dedicarle mayor atención a aquellos que la requieren, los hospitales anticipar la disponibilidad de recursos y los financiadores tener cierta previsibilidad.
La digitalización ayuda significativamente a reducir costos e ineficiencias de diversas maneras. Un ejemplo claro en salud son la automatización y autogestión que ayudan a agilizar procesos, reducir costos y minimizar errores. Gracias a ellas, es posible simplificar tareas repetitivas y evitar la presencialidad en procesos que no la requieren como trámites administrativos, formularios, solicitud de recetas, de estudios o documentación y gestión de citas médicas. Todo esto habilita una mejor administración de los recursos, al reducir las visitas innecesarias a centros de salud y permitir a los profesionales poder dedicar mayor tiempo a los pacientes que lo requieran.
Otro ejemplo, menos conocido pero igual de beneficioso, en el que se generan eficiencias para prestadores y financiadores es el seguimiento de pacientes, que ha demostrado excelentes resultados tanto en lo que respecta a enfermedades crónicas como en otras situaciones, como lo es el caso del seguimiento pre y postoperatorio.
En relación al seguimiento de las enfermedades crónicas, las soluciones digitales que contemplan este tipo de programas brindan gran valor a profesionales y pacientes, a la vez que reducen costos a la institución. Hoy en día existen plataformas que permiten al paciente registrar su situación y su evolución, según los parámetros establecidos por el profesional, generando notificaciones y recordatorios pertinentes (toma de medicación, resultados de estudios complementarios, alerta de valores a controlar, etc). Esto, a su vez, se traduce en un registro digital de simple acceso para el profesional donde puede revisar el estado de cada uno de sus pacientes, recibir alertas, realizar indicaciones de manera directa y evaluar posibles cambios en el tratamiento, entre otros aspectos. Así, el seguimiento continuo ayuda a reducir riesgos de salud asociados a cada patología, ofrecer una mejor calidad de vida, aumentar la adherencia a tratamientos y agilizar procesos administrativos.
Con respecto al seguimiento postoperatorio, las soluciones digitales consiguen (al igual que en el caso de patologías crónicas) reducir riesgos de reinternación y mejorar la experiencia del paciente al limitar las visitas presenciales a los momentos de necesidad. Al mismo tiempo, el seguimiento preoperatorio contempla procesos administrativos, que suelen ser tediosos para los pacientes e ineficientes para las instituciones. Gracias a la digitalización del proceso pre- quirúrgico, habilitado por el seguimiento continuo, es posible garantizar que el paciente cuente con toda la documentación requerida al momento de la internación. Con este tipo de soluciones el profesional y las instituciones pueden analizar el estado de cada tarea pendiente y evaluar su autorización o no, según corresponda, para optimizar tiempos.
El uso de soluciones digitales para el seguimiento de pacientes representa grandes ahorros para las instituciones, que no sólo tienen la posibilidad de ofrecer una mejor calidad de atención, sino que también optimizan costos y recursos en tareas cotidianas de alto impacto para su rentabilidad.
Además de los beneficios ya mencionados, también se abre la oportunidad de llevar a cabo la implementación de programas de salud preventiva.
Mediante aplicaciones y plataformas digitales las instituciones cuentan con las herramientas para lanzar campañas de concientización y prevención dirigidas a poblaciones específicas, basadas en datos demográficos y de salud recogidos de los pacientes, para brindar una experiencia personalizada pero de alcance masivo.
Otro caso de uso de gran impacto es el análisis en tiempo real: los datos recopilados y analizados digitalmente se registran en paneles para visibilizar de manera simple tendencias, evoluciones y resultados de diversos programas. Esto posibilita analizar grandes volúmenes de datos para identificar patrones y así reconocer rápidamente puntos de mejora, asegurando un uso eficiente de los recursos.
¿Por dónde empezar?
Si este tipo de proyectos pueden parecer abrumadores, existen tres aspectos clave que ayudan como disparadores para evaluar la dimensión de la necesidad. Estos son:
1- Análisis del contexto
El proceso comienza con un análisis profundo del contexto actual de cada institución y las metas que se desean alcanzar, tanto para la organización como para sus pacientes. Por ejemplo, para uno de nuestros clientes, la prioridad estaba en mejorar los canales de gestión de turnos, ya que dependían casi íntegramente de canales análogos: así, ayudamos a migrar la experiencia del paciente a canales digitales como aplicación mobile, la plataforma web, y WhatsApp. Esto permitió optimizar tiempos y recursos, a la vez que mejoró la experiencia del paciente; a partir de ese punto, fuimos tomando nuevos desafíos para superar. Por eso es vital comprender en profundidad cuál es la realidad de cada institución, cuáles son sus prioridades, sus objetivos y qué es lo que sus pacientes realmente esperan de ellas.
2- Escalabilidad del proyecto
En salud (y en muchos otros sectores), los procesos de digitalización más efectivos y valiosos son aquellos que contemplan la posibilidad de cambio y crecimiento. Por ello, es fundamental comprender las necesidades específicas, priorizar en base a necesidades, habilidades y diseñar un plan en etapas para garantizar un crecimiento sostenible en el tiempo. También es importante entender que partir de pequeños proyectos escalables permiten la adaptación gradual de todas las personas llevando hacia la asimilación de los cambios y la superación de posibles resistencias. La clave del éxito radica en el acompañamiento durante todo el proceso, tanto a los pacientes como a los profesionales involucrados.
Son cambios significativos que conllevan tiempo de adaptación, por lo que es esencial brindar capacitación y apoyo continuo, estar presente en cada paso y actuar con rapidez ante las barreras que puedan surgir.
3- Iteración constante
Estos proyectos no tienen un punto final, sino que están en constante crecimiento. Medir la evolución y los resultados obtenidos se vuelve imprescindible para iterar, ajustar y mejorar constantemente: es clave que en este punto se hagan comparaciones según las variables de interés para cada institución (por ejemplo, las variaciones entre especialidades, la temporalidad, los costos asociados, entre otros).
La digitalización en salud es un camino de oportunidades y beneficios para todos los involucrados, que requiere un compromiso con los objetivos de la organización. Es importante reconocer que cada institución se encuentra en un estadio diferente; se debe contemplar, su nivel de uso de herramientas digitales, cómo son sus procesos, qué tipo de sistemas de información de gestión en salud utiliza, la familiaridad de las personas con la tecnología, entre otros aspectos, para establecer el plan más efectivo. Al aprovechar las herramientas digitales y adaptar las soluciones a las necesidades específicas de cada institución, el sector salud tiene la chance de avanzar hacia un futuro más eficiente, accesible y sostenible.
Desde Osana ya hemos implementado nuestra solución de seguimiento continuo a diversas patologías y condiciones (tales como artritis reumatoidea y diabetes), adaptándola a la necesidad y protocolos de diversas instituciones. Los resultados son positivos tanto para pacientes como para las instituciones.