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"Los avances de la Informática en Salud Mental en Argentina"
Lic. Bruno Aredes

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define a la salud mental como un “estado de completo bienestar físico, mental y social”. Contrario a lo que se cree, los padecimientos mentales no son un problema poco frecuente. Estudios de la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dan cuenta que los trastornos mentales están dentro de las primeras cinco causas de enfermedad en América. El alcohol y la depresión son los problemas más frecuentes en la salud mental. 

Una de cada cuatro personas en el mundo, según datos del máximo organismo de salud, padece algún tipo de trastorno mental. De estos, dos tercios no reciben ningún tipo de atención. A su vez, quienes la reciben, se encuentran mayoritariamente internadas en hospitales o clínicas psiquiátricas. 

En Argentina, particularmente, una de cada tres personas presenta un problema de salud mental a partir de los veinte años. Las problemáticas más frecuentes son los trastornos de ansiedad y los problemas por consumo de sustancias (UBA, APSA, OMS, MSAL - 2015). 

Los constantes problemas y crisis económicas en nuestro país, generan complicaciones para que las personas puedan comenzar sus tratamientos, todo esto, sumado a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus que ocasionó severos problemas psicológicos en los sujetos. En este contexto, se dio el crecimiento de los tratamientos a distancia, como las teleconsultas, pero con profesionales de la salud mental y sus pacientes. 

En exclusiva para “Innova Salud Digital”, Mora Zaharya, fundadora y directora de Tratamientos Online y Psicoanálisis Online, presidenta del Capítulo de Salud Mental Digital, en la Asociación Argentina de Salud Mental, habla sobre el estado de situación de esta disciplina en la actualidad: “Sin duda la pandemia ha generado un sustancial avance de los desarrollos en salud mental digital. A nivel local, era poco con lo que nos podíamos encontrar en la prepandemia e incluso se presentaba mucha resistencia por parte de los profesionales al uso de herramientas digitales y tratamientos a distancia.

A partir del COVID-19, se produjo una migración inmediata a los medios digitales, donde los profesionales se encontraron con la virtualidad como único modo de darle continuidad a los tratamientos o de responder a las nuevas consultas. Si bien la salud mental digital abarca mucho más que la atención de pacientes a distancia, actualmente en los tratamientos psicoterapéuticos nos encontramos con un escenario de asistencia híbrida, donde las consultas combinan encuentros presenciales y en línea. A su vez, se han multiplicado las plataformas que ofrecen distintos modos de asistencia a distancia. Hace tiempo que existen investigaciones que confirman la eficiencia de los tratamientos presentando resultados similares a aquellos obtenidos en las intervenciones presenciales.

Paulatinamente, los profesionales se forman en la utilización de nuevos recursos y el conocimiento de las competencias específicas requeridas en la asistencia online”.

En consonancia con lo que explica Zaharya, Fernando Droblas, médico psiquiatra orientado a la Gestión Clínica y Auditoría en el área de Salud Mental y Discapacidad en CeSAC 44 y en el Hospital Durand, menciona los cambios o aceleración de procesos que desató la pandemia de COVID-19, “hay un antes y un después de la resolución de 144/2020 del ASPO durante la pandemia. Incluso  aquellos ya inmersos en el mundo de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) y trabajando en la transformación digital dentro del campo de la salud, nos vimos impulsados a modificar la mayor parte de nuestros procesos, tanto asistenciales como de gestión, para adecuarnos a la coyuntura. El contexto nos planteó la necesidad de sostener los tratamientos iniciados, garantizar la calidad de los mismos y, como gerenciadores en salud, promover los cambios en los equipos, para cumplir con nuestros objetivos”. 

Sobre los avances que se lograron en el último tiempo en la Informática en Salud Mental, Droblas comenta, “Es difícil separar el campo de la salud mental con el de salud integral. En ese sentido, es importante destacar que al igual que en otras disciplinas, algunos profesionales vienen trabajando en salud mental digital desde hace más de una década. Un poco desencadenado por la migración de profesionales o pacientes, la conceptualización de las psicoterapias virtuales fue desarrollándose y, hoy en día, existen modelos para pensar los espacios virtuales de atención  sobre cimientos muy sólidos y con experiencias muy enriquecedoras.

Más allá de la teleasistencia, individual o grupal, en este último periodo se impulsó el desarrollo de herramientas (apps), tanto para usuarios como para profesionales, relacionadas al manejo y monitoreo de síntomas. Algunos basados en el envío de reporte a los equipos de seguimiento, con alertas ante situaciones de riesgo”.

Respecto a las ventajas y desventajas de la disciplina tanto para profesionales como pacientes, el especialista menciona: que “es complicado ubicar desventajas sin contextualizar algunas problemáticas individuales. Un limitante que se pensó al inicio de la pandemia fue el trabajo con niños o con adultos mayores, con poblaciones más vulnerables donde la accesibilidad era escasa o en ámbitos donde la corporalidad es indispensable, como con algunas personas con discapacidad. Por eso, la solución de teleasistencia para todos como respuesta a la crisis de la pandemia, tuvo sus limitaciones. Pero desventajas en el sentido de perjudicar al campo de la salud mental, se me dificultan señalar, dado que puede existir la salud mental digital,con el resto de prácticas no digitales.

Desde la psiquiatría, la dificultad fue subsanada paulatinamente con la ley de teleasistencia y receta electrónica, que por la falta de marco legal, impedía la consulta psiquiátrica virtual previo a la pandemia.

Como contrapunto, la Salud Mental Digital, pudo y podrá reducir las brechas en la accesibilidad, dar respuestas innovadoras a problemas tradicionales y habilitar a repensar muchos dispositivos de salud mental”. 

Transformación digital en salud mental: obstáculos y herramientas

El cambio tecnológico que ha generado la pandemia de COVID-19, lo podemos nombrar como “Transformación Digital en Salud Mental”, según lo que explica Mora Zaharya, este implica la utilización de recursos digitales dirigidos a dar respuesta en el ámbito de la salud mental. Posibilita dar mayor acceso, de manera más versátil, ampliando su alcance. La transformación digital, involucra la parte asistencial, así como los avances en las investigaciones y la necesidad de modificar los programas de formación, para que se adecúen a las herramientas hoy disponibles. La digitalización en la actualidad atraviesa todas las esferas de la vida, y las problemáticas psíquicas no quedan ajenas a este cambio.

Respecto a las herramientas que se pueden utilizar en esta disciplina, Zaharya, menciona por ejemplo: la inteligencia artificial y la realidad virtual. “Actualmente nos encontramos con herramientas ligadas a la inteligencia artificial, realidad virtual, desarrollos tecnológicos aplicados a la salud mental. Es recomendable que las herramientas sean utilizadas y supervisadas por los profesionales o el equipo profesional tratante.

Según lo que manifiesta la experta, la realidad virtual, permite el trabajo con pacientes que padecen esencialmente fobias o dificultades ligadas a la ansiedad generalizada. Este recurso permite al profesional el manejo en relación a la intensidad y cercanía del objeto fóbico, pudiendo trabajar los recursos del consultante de manera personalizada y recreando de manera virtual la escena temida. Existen amplios desarrollos en esta línea que cuentan con evidencia científica que comprueban su eficacia.

En relación a la inteligencia artificial, comenta que existen desarrollos que permiten leer los patrones de utilización de los dispositivos por parte de los usuarios, ya sea la velocidad con la que se escribe o se desliza el dedo, registro de llamadas y mensajes, la participación en redes sociales y otros criterios, que tienen como finalidad poder predecir recaídas por ejemplo, en diagnósticos ligados a los estados afectivos. Existe toda una línea de desarrollo en cuanto al fenotipo digital. 

Por otro lado, el especialista Fernando Droblas, agrega: “en salud mental se han comenzado a aplicar todos los recursos que las TICs disponen para el campo de la salud. Hay elementos concretos tanto para profesionales como para pacientes. Si bien el ejemplo paradigmático y el más extendido es el de la teleconsulta, se me ocurren enumerar algunos casos de uso reales de IA: detección de conductas de riesgo en redes sociales, asistencia a autodiagnósticos para pacientes o  soporte de diagnósticos realizado por profesionales”.

Uno de los puntos marcados por los especialistas es la inteligencia artificial, en relación a este tema Rogelio Biasella, docente e investigador de la Facultad de Psicología UNLP, explicó en “Neurona Buenos Aires”, que hacer uso de la inteligencia artificial, aproxima a los especialistas a ser más eficientes en la gestión y prevención de alertas con los pacientes, las enfermedades crónicas de salud mental, la estratificación de enfermedades complejas y en los trastornos que no están claramente definidos,  que requieren de una clasificación más automatizada, que permita contar con información de todas las subvariedades de enfermedad posibles y existentes. 

A pesar de los grandes avances que se dieron en el último tiempo y que se ven mencionados y explicados por los especialistas en la nota, como siempre que está implicada la tecnología existen obstáculos, para comprender qué tipos de dificultades pueden surgir, Droblas, las ubica en tres grandes grupos: la dificultad de la gestión del cambio tanto en pacientes, como en profesionales, la falta de accesibilidad en términos técnicos y de capacidades digitales de la población, y los cuestionamientos éticos, en términos de seguridad, confidencialidad, y sesgos algorítmicos.

Por su parte, Zaharya, piensa que el primer obstáculo en la actualidad es la necesidad de que los profesionales se formen en las competencias requeridas y en los nuevos campos que se han abierto en relación a las nuevas tecnologías y desarrollos aplicados a la salud mental: “Los profesionales que hoy trabajamos tomando éstas herramientas, debemos estar actualizándonos de manera constante, conocer aspectos referidos a la protección de datos, competencias específicas a los nuevos desarrollos que presentan evidencia científica y las regulaciones vigentes.

Como conclusión, el uso frecuente, masivo y transversal de las nuevas tecnologías en la sociedad digital, convoca a los profesionales de la salud mental a reflexionar y preguntarse acerca de las oportunidades, limitaciones y desafíos que tiene la transformación digital en salud mental y sus respectivos tratamientos. 

Mora Zaharya, deja una reflexión sumamente interesante sobre el avance de la tecnología en los tratamientos terapéuticos y sobre el futuro de estas herramientas: “La tecnología sin duda viene avanzando de modo tempestivo y debemos ser conscientes de su uso humanizado. Existen herramientas digitales, que han demostrado evidencia científica sobre su eficiencia en estados depresivos y ansiógenos leves o moderados. No podemos pensar estos recursos en casos graves sin supervisión y acompañamiento por parte de un profesional.

Desde mi mirada, lo que hace a la salud mental en episodios agudos o casos de mayor gravedad, requiere del contacto humano directo, para poder efectivamente producir cambios al interior de los psiquismos y acompañar cualquier situación de urgencia. 

Al desarrollar soluciones centradas en el paciente, podemos permitir diagnósticos más tempranos y precisos,  así conectar a las personas con el tratamiento y atención más efectiva. A medida que avanzamos en un mundo post pandémico, vamos construyendo un ecosistema de salud mental digital, que necesita optimizarse y adaptar los servicios de atención de los estilos tradicionales con enfoques de innovación tecnológica, que permitan a profesionales y consultantes adaptarse al cambio”