La inteligencia artificial (IA) es un sistema inteligente capaz de escribir su propio programa, definido como una estructura de programación que puede almacenar y utilizar un conocimiento sobre un área determinada que se traduce en su capacidad de aprendizaje. De la misma manera, se puede considerar a la IA, como la capacidad de las máquinas para aprender de los datos, usar algoritmos y utilizar lo aprendido en la toma de decisiones, como lo haría un ser humano. Uno de los enfoques principales de la IA es el aprendizaje automático o computacional (del inglés, machine learning), es el subcampo de las ciencias de la computación, que tiene por objetivo desarrollar técnicas que permitan que las computadoras aprendan.
La IA es una disciplina cuyo fin es la creación de máquinas que imiten la inteligencia humana, que a diferencia de la inteligencia sintética, no tiene como metafinalidad reemplazar a los humanos, sino mejorar significativamente las capacidades de estos.
La aplicación y el desarrollo de la IA en muchos aspectos de la vida cotidiana ha propiciado la creación de nuevos campos de estudio, como la roboética y la ética de las máquinas, que abordan aspectos relacionados con la ética en la IA y se encargan de analizar cómo estos avances de tecnologías impactan en diferentes ámbitos de la vida, como así también el manejo responsable y ético de los mismos, estableciendo cuál debería ser la manera correcta de proceder de las máquinas y las reglas a cumplir.
Recientemente se realizó un encuentro del cual participaron destacados referentes del ámbito educativo y donde se analizó el papel de la IA en la educación, que lleva años tratando de mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje, utilizándose en plataformas, aplicaciones y otras herramientas educativas. Pero hay un antes y después con la llegada de la IA generativa, una solución ya conocida por muchos, el ChatGPT. Su principal característica es que puede generar todo tipo de contenidos: textos, imágenes, presentaciones originales, con solo facilitar una descripción de lo que se necesita. Esto ha supuesto una auténtica revolución en todos los sectores, incluido el educativo.
Uno de los primeros análisis o reflexión es que con estos nuevos recursos el sistema de enseñanza y aprendizaje no puede ser el mismo, o sea, tiene que cambiar para ajustarse a la convivencia.
Uno de los primeros interrogantes que se presenta es si esta tecnología tiene potencial para transformar por completo el sistema educativo tal como lo conocemos. A lo que Lidia Pitzalis, Responsable Corporativa de Transformación Digital de Editorial Edelvives, respondió: que la revolución ya comenzó y presenta dos opciones: mirar hacia otro lado, o ser partícipes desde las normas, reglas éticas al funcionamiento que podemos intentar aplicar desde el sector educativo. Cuenta que en la editorial Edelvives les gusta decir que están incorporando la IA “sin prisa, sin pausa, sin miedo”. Formando parte del comité que motiva y aprovecha las ventajas, así como critica e intenta evitar los abusos, buscando una justa dirección. La verdadera revolución es que nos haga preguntar qué significa ser humano frente a una máquina.
María del Mar Sánchez Vera, miembro del Grupo de investigación de Tecnología Educativa y profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia, trabaja en tecnología educativa, donde se cuestiona que hay determinadas herramientas que siempre van a llegar a revolucionar el mundo educativo, pero algunas tienen un poder de transformación social, al igual que las herramientas digitales en las cuales tenemos experiencia, quizás con la IA ocurra lo mismo, y es que terminamos incorporándolas, aunque el sistema tradicional sigue existiendo también. Por lo tanto, aunque la tecnología pueda propiciar innovaciones va a depender de las culturas, de la formación y apoyo que tengan los docentes y que no solo dispongan de la tecnología sino también, de la capacidad didáctica para integrar todos estos recursos.
Por su parte, Jorge Calvo, profesor y director de Tecnología en el Colegio Europeo de Madrid (CEM), partiendo de la pregunta si la IA, va a cambiar la educación, dirá que sí, aunque no completamente. Esto basado en la experiencia de eventos ocurridos a lo largo de los años y como la educación se ha ido amoldando; en cambio con la IA el problema es que atenta contra nuestras capacidades cognitivas y que cada vez esta tecnología nos hace más “pequeños”, dado que suma actividades que creíamos que solo los humanos podíamos realizar. La idea es aprender a convivir para no quedarnos con ese miedo y la mejor manera es explicativa, es decir poder entender cómo funciona y cómo va a generar este cambio. Primero conocerla, para reflexionar sobre lo que nos está dando.
Judit Ruiz Lázaro, doctora en Educación y directora del Máster Universitario en Innovación Educativa opina que nos encontramos frente a un enorme potencial en lo educativo y ha transformado la forma de aprender, pero no es una única manera de planificar la docencia, sí que la IA es una herramienta a disposición y un componente más a la hora de planificar la educación.
¿La IA puede transformar de manera significativa la forma de aprender? puede ser, pero sin olvidar que el proceso de enseñanza y aprendizaje es un binomio y por lo tanto, también transformará la forma de enseñar integrando esta herramienta tecnológica.
Lo que sí se tiene en claro es que la IA está revolucionando la educación y ha llegado para quedarse, por lo tanto el mejor consejo es verla como una aliada y explotar sus potencialidades para brindar una educación de calidad.
Carles Sierra, director del Institut d’Investigació en Intel·ligència Artificial (IIIA-CSIC), Presidente de la European Association of Artificial Intelligence (EurAI), considera que en lo educativo revolucionará muchas áreas, como por ejemplo el aprendizaje personalizado. Otro elemento que puede mejorar es en el acceso a la educación, no solo desde el punto de vista geográfico, sino desde el punto de vista económico, el uso de data analytics, es decir tener datos acerca de cómo funciona el dictado de las clases, y otros.
Ya lo dijo la UNESCO, la IA debe utilizarse en lo educativo, los docentes tienen que formarse, esta tecnología producirá un cambio, pero tiene que ser con la confluencia de los docentes, los políticos y la sociedad en general.
El uso responsable en la educación, -que es, junto a la salud, uno de los puntos más sensibles de los procesos sociales en los que vivimos-, se tiene que fundamentar en principios éticos, que deben garantizar la privacidad y seguridad de los datos.
Así, la UNESCO realizó una Guía de inicio rápido que plantea algunos de los principales retos e implicaciones éticas de la IA en la educación superior, y ofrece medidas prácticas que las instituciones pueden adoptar