Impacto de los cambios normativos en la receta electrónica en la Argentina >
"Impacto de los cambios normativos en la receta electrónica en la Argentina"
Dr. Federico Pedernera
Dr. Federico Pedernera >

Independientemente de los marcos normativos y las estructuras formales, que no se habían modificado a nivel de leyes o resoluciones ministeriales, el acto médico implícito en la prescripción sí había sufrido adaptaciones de facto. En los distintos subsectores que componen el sistema de salud argentino, ya se habían generado alternativas a la receta en papel. El ejemplo paradigmático es el de la receta electrónica de PAMI, desarrollada e implementada progresivamente desde 2013 y formalizada por una Resolución en 2016. Lo mismo había sucedido en otras instituciones financiadoras, como ocurrió con la Obra Social de los Empleados Públicos de Mendoza (OSEP), que también desde 2011 y en el contexto de los tratamientos de enfermedades crónicas, su directorio había establecido la adopción de la misma.

En los diez años posteriores surgieron distintas iniciativas intrasectoriales con el objetivo de propiciar un encuadre normativo de estas prácticas, que comenzaban a surgir de acuerdo con las reglas y conveniencias de cada subsector.

Recién en marzo de 2020, con la imposibilidad de poder concurrir a las consultas para recibir las recetas, por el aislamiento obligatorio dispuesto en el contexto de la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19 (DNU 297, 2020), se logró el impulso, para el desarrollo de una serie de alternativas que garantizarán el derecho de acceso a los tratamientos médicos. Entre las normas más importantes que han definido este recorrido, se encuentran las resoluciones del Ministerio de Salud de la Nación (Resolución 696, 2020) y de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación, quien supervisa al sistema de Seguridad Social (Resolución 281, 2020). La nueva normativa vigente fue refrendada por la Ley N° 27.535 de prescripción electrónica, que sin tener aún una reglamentación nacional o jurisdiccional, comenzó a sentar las bases para el desarrollo de las soluciones que permitieran prescribir medicamentos de forma electrónica. Su reglamentación se produjo  casi tres años después (Decreto 98, 2023).

Conjuntamente con el Decreto 98 del 2023 que reglamentó la Ley N° 27.553, se sancionó una Resolución Ministerial (305/2023), que da inicio al marco regulatorio sobre los recetarios electrónicos o digitales. De este marco podemos rescatar los siguientes conceptos:

- La identificación inequívoca del profesional prescriptor y del paciente receptor.

- La utilización de firmas manuscritas, electrónicas o digitales que garanticen la autenticidad e integridad de la receta.

- La incorporación de un código único de validación que permita verificar la receta ante el dispensador.

- La custodia y protección de los datos personales y sensibles involucrados en la prescripción, conforme a la Ley N° 25.326 de Protección de los Datos Personales y la Ley N° 26.529 de Derechos del Paciente.

- La interoperabilidad entre los distintos sistemas electrónicos existentes y los que se desarrollen o adecuen para utilizar recetas electrónicas o digitales.

Desde nuestra perspectiva, estas pautas normativas representan una oportunidad inmensa, debido a que, no sólo nos marcan la cancha, sino que, han permitido la construcción de distintas propuestas de valor al contar con un espacio de reglas más claras.  

Desde Innovamed y particularmente con el aprendizaje que RCTA nos otorgó, entendemos que la rápida adopción de las plataformas de prescripción electrónicas han cambiado la forma en que se mandan y dispensan los medicamentos. Por delante nos encontramos con un futuro lleno de nuevos desafíos y oportunidades que quisiéramos compartir.

Los desafíos

Para nosotros, los desafíos se sitúan en varios planos: el definido por la ética profesional, el enmarcado por las normas y en el que nuestro espíritu emprendedor nos ubica.

El desafío de emprender en salud tiene más que ver con comprender el contexto político-regulatorio, que con las habilidades técnicas de una solución. Sin embargo, sin un foco orientado al usuario (profesional y paciente) y sus problemas actuales dicha innovación no tiene posibilidades de subsistir. Por eso nosotros pensamos que una solución de prescripción electrónica, debe seguir  los siguientes principios:

- Primero no dañar, es decir que la intervención que realicemos, por más bien intencionada que esté, debe garantizar niveles de seguridad suficientes y en lo posible, mejorarla con el soporte de la informática.

- Segundo, no encarecer al Sistema de Salud, implementando las tecnologías más costo-efectivas posibles.

- Tercero generar valor al:

- Mejorar la seguridad y la calidad de la prescripción, al evitar errores, ilegibilidad, falsificaciones o pérdidas de recetas.

- Facilitar el acceso y la comodidad de los pacientes, que pueden recibir sus recetas sin desplazarse o hacer colas.

- Optimizar el tiempo de los profesionales, con interfaces que permitan la adopción de los sistemas, agilidad y simpleza en una solución informática fácil de usar.

- Generar un ahorro de recursos, al reducir el consumo de papel, tinta y otros insumos, también contribuyendo con la disminución de la huella de carbono.

- Favorecer la integración y la coordinación entre los distintos actores del sistema sanitario, al facilitar el intercambio de información y el seguimiento de las prescripciones.

Los prescriptores

Otro desafío está representado por la resistencia natural a la adopción de la receta electrónica por parte de los médicos y las instituciones asistenciales. Debido a que, con los desafíos normativos, de alguna manera contenidos, nos encontramos con las políticas de cobertura de los financiadores de la salud y la eventual resistencia en la adopción de una nueva tecnología por parte de los usuarios.

Hemos trabajado mucho en generar conciencia entre nuestros pares sobre los beneficios de esta herramienta. De la misma manera que hemos puesto el foco en las funcionalidades y la experiencia de los usuarios en cada circuito, el soporte y capacitación. Así como la divulgación sobre la importancia de adoptar este tipo de soluciones, han sido un aspecto clave para aumentar la adopción. 

La farmacia

La percepción actual y la manera que un farmacéutico podría tener sobre el funcionamiento de la receta electrónica en una farmacia oficinal, puede variar dependiendo de su experiencia individual. Sin embargo, en general, muchos farmacéuticos ven ventajas significativas en la implementación de la receta electrónica, aunque es importante tener en cuenta que también pueden surgir desafíos y limitaciones en la implementación de la misma. 

Algunos farmacéuticos pueden tener preocupaciones sobre la infraestructura tecnológica necesaria ya que, la implementación de la receta electrónica requiere dispositivos electrónicos, conectividad a internet y sistemas informáticos eficientes e interoperables. En algunas áreas, especialmente en zonas rurales o con una conectividad deficiente, puede haber limitaciones en la disponibilidad y acceso a esta infraestructura.

Por lo mencionado anteriormente y teniendo en cuenta que muchas veces puede haber dificultades para comunicar al médico y resolver las incidencias detectadas en la receta electrónica, es necesario que el sistema permita una comunicación ágil entre el prescriptor y la farmacia, para facilitar y garantizar el correcto proceso de la dispensa del medicamento. Este punto es fundamental para que el paciente pueda disponer de su medicación.

La seguridad social

La receta como control del gasto en lugar del pase para el acceso a la cobertura ha sido un método clásico como recurso en la gestión de los sistemas de salud. Y los profesionales de la salud no son ajenos a esta situación, ven muchas veces a la prescripción médica como tareas administrativas y tediosas. Esta percepción está fundada, entre otros motivos, por los requerimientos burocráticos a los que se someten a los beneficiarios para contener el acceso a los beneficios de la cobertura. Estas exigencias administrativas expresadas en la confección de las recetas recaen en los profesionales de la salud. Pero también sobre los farmacéuticos y empleados de farmacia, que tienen una alta carga administrativa en el procesamiento y archivo de estas, como el corte y pegado de los troqueles.

Para muchos profesionales indudablemente esta modalidad de trabajo ha significado un gran cambio, sobre todo, para los que no estaban habituados y se les presentó como una “actualización forzada”. Nos encontramos con colegas que no manejan herramientas tecnológicas en su práctica diaria, o no están familiarizados con procesos y requisitos para generar prescripciones con módulos electrónicos de manera correcta. 

Esta imposición relativa, muchas veces dirigida por los mismos pacientes que solicitan sus recetas por medio de comunicación digital, genera resistencia, por no saber, no poder hacer, o simplemente no querer realizar las recetas a través de una solución de software. Muchos profesionales miran esta “ola de modernización” como un cúmulo de exigencias que antes no existían. “Estábamos tan bien con la receta en papel”. 

Nuestra propuesta

Desarrollamos RCTA, en un contexto que como describimos antes, se caracterizó por: un marco regulatorio de emergencia; la falta de incentivos para todos los actores de la cadena de valor del medicamento para cambiar procedimientos y adoptar nuevas tecnologías en la prescripción; un mercado de recetas electrónicas con pocos jugadores; y la persistente falta de foco en las necesidades reales de los profesionales que prescriben, por parte de los oferentes de soluciones digitales.

En los últimos seis meses, vimos cómo los mismos profesionales que se resistían al envío por medios de comunicación de recetas digitalizadas, hoy se preocupan cuando sus recetas son emitidas sin códigos de barra. Claramente, pudimos apreciar el proceso de la curva de adopción de una nueva tecnología que se incorpora y arraiga en la práctica profesional. Lo que antes se negaba, hoy comienza a ser necesario.  

Oportunidades 

En general construimos oportunidades a partir de desafíos no resueltos, como la Interoperabilidad Inter sectorial (Seguridad Social, Salud Pública, PAMI, Obras Sociales Provinciales y otras ). 

Desde una visión de la reingeniería de los procesos de la gestión de los sistemas de salud, la prescripción ha quedado como eslabón o proceso secundario, posiblemente por la complejidad y la cantidad de actores involucrados. Pero como sea que fuese, para el paciente la receta es el “ticket” del viaje al acceso a su cuidado, al medicamento y a las prestaciones de servicios de salud. El camino que estamos diseñando con la receta electrónica, hace que nos encontremos con muchas oportunidades. 

Creemos que se pueden agilizar aún más las tareas monótonas, repetitivas, que en general no entregan valor al acto asistencial, ni a la relación médico paciente y que además, propician errores médicos.

Estamos trabajando para adaptar nuestro motor de recetas hacia un generador de archivos basados en estándares (FHIR), para interoperar con sistemas clínicos que no se conectan con los sistemas de validación de farmacias, manteniendo nuestro foco en la colaboración de una atención médica más efectiva y segura. 

La interoperabilidad que buscamos implica que en los registros médicos electrónicos, se pueda conciliar la medicación actual, además de contar con registros históricos a medida que el tiempo transcurra. Apuntamos a colaborar indirectamente en la reducción del riesgo por errores en la indicación de medicación, mejorando la seguridad del paciente y la eficiencia en la utilización de los recursos.

La asistencia de sistemas de software en la gestión médica debe contemplarse siempre desde un rol cuidado y priorizando el discernimiento del profesional en la toma de decisiones. Pero la clave está en el paciente y en cómo logramos activarlo involucrándose y brindándole soluciones que funcionen articuladamente. Esto sería el próximo paso.

Desde la perspectiva de RCTA, nos interesa hablar sobre las oportunidades de los que generamos recetas. La magnitud del cambio es equivalente a la resistencia que hubo.