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"Fernán Quirós: “Sin información precisa, esta pandemia es imposible de administrar”"
Innova Salud Digital
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El gran volumen de datos que se genera y captura desde diversas fuentes, aplicaciones y dispositivos, también permite interpretar la evolución y decidir la política pública para gestionar el dinámico escenario que plantea la pandemia de Covid-19. La Ciudad de Buenos Aires recurrió al análisis de información para llevar adelante su estrategia sanitaria. 

“Los sistemas y las tecnologías de información, que incluyen la gestión del conocimiento y de los datos, son instrumentos muy poderosos para acompañar, fortalecer e implementar la estrategia sanitaria. Desde esa mirada, con la pandemia se adoptó una estrategia que técnicamente se conoce como ‘de supresión’”, define Fernán Quiros, ministro de Salud del Gobierno de la Ciudad de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA). 

Para Quirós el enfoque está basado en cuatro pilares. En primer lugar, en el conocimiento del estado social para poder liderar un proceso de distanciamiento físico acordado, convenido y cumplible, que apunta a la gestión social de la pandemia y a los acuerdos de políticas públicas que hacen a la cuarentena y al cumplimiento de las pautas y de las medidas por parte de la ciudadanía. El segundo pilar es la estrategia de desarrollo territorial del sistema de salud, es decir, la identificación, investigación epidemiológica, rastreo, testeo y aislamiento temprano de los casos sospechosos. Para ello la participación comunitaria, de las organizaciones barriales y religiosas locales son esenciales, en especial la posibilidad de potenciar el esfuerzo de cuidado comunitario en la estrategia de detección y distanciamiento social y familiar humanizado. El tercer pilar, apunta a cuidar a las personas de mayor riesgo evitando que se expongan al virus, lo que implica desplegar la política de acompañamiento a las personas más vulnerables con apoyo alimentario, social y de logística familiar en caso de que lo necesiten. Por último, un cuarto pilar con políticas específicas para el cuidado de todos los trabajadores esenciales, particularmente los trabajadores de la salud, acercando los protocolos e insumos necesarios como los Equipos de Protección Personal y los testeos serológico sistemáticos.

Los sistemas de información no suelen estar preparados para administrar una pandemia, por lo que se deben desarrollar nuevas soluciones de acuerdo con el nuevo contexto. “Las aplicaciones venían dando respuesta a las diferentes operaciones y áreas del Estado de manera independiente”, señala Quirós. Con esta visión coincide Analía Baum, directora General de Sistemas de Información Sanitaria del GCBA. “A nivel mundial no hay sistemas de información preparados para la pandemia. Lo que falta, principalmente, es una verdadera interoperabilidad. No hay un país que tenga un grado de integración entre todos sus sistemas, y no solo dentro de los sistemas de salud sino entre las aplicaciones de los distintos ministerios y jurisdicciones. Para obtener información sobre las personas o los determinantes sociales, por ejemplo, los sistemas de salud tienen que interactuar con los del Registro Civil o del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, porque cada uno tiene su parte de información. Es un problema que la pandemia puso en evidencia en todos los países.  En nuestro caso, hicimos para algunos sistemas una integración manual para relacionar punto a punto las bases de datos, ya que cada dependencia pública tiene su propia herramienta.” 

 

Rediseño global y urgente

Para gestionar la nueva situación sanitaria desde los sistemas de información lo primero que hizo fue desarrollar una serie de aplicaciones orientadas a poder identificar a una persona, vincularla con la historia clínica electrónica (HCE) y luego con las bases de Desarrollo Humano, la ubicación georreferenciada de donde vive el individuo, el riesgo epidemiológico de esa manzana, los contactos estrechos y todas las herramientas de búsqueda de contactos y personas con diagnóstico confirmado de manera telefónica para poder llamarlos o irlos a ver, cuenta Quirós. El funcionario agrega: “Esa información se vincula también con el proceso de logística de ir casa por casa, buscar personas con síntomas, identificar a los contactos y organizar la logística de las muestras de los hisopados en los domicilios y espacios territoriales. Es decir, se realizó un rediseño global, integral y urgente de todos los sistemas de información. Porque si no se tiene información precisa y del día a día, esta pandemia es imposible de administrar”. 

Desde el punto de vista del análisis de los datos, el objetivo es tener un reporte cotidiano con las variables esenciales para gestionar la pandemia: los nuevos casos confirmados e incidentes por día; la ocupación y el flujo de camas en hoteles, hospitales y Unidad de Terapia Intensiva (UTI); la velocidad de ocupación de las camas en el tiempo; la capacidad de respuesta del sistema hospitalario; la velocidad de la curva (en ascenso o en descenso), y las encuestas semanales para poder entender el comportamiento y el sentir social. “Todo eso se acompaña con información georreferenciada de los casos para poder tener mapas de calor y saber cuáles son las zonas de la ciudad donde está circulando el virus con el objetivo de fortalecer los equipos territoriales y planificar ese trabajo”, prosigue Quirós. Y añade: “También recurrimos a reportes que indican cómo se comporta y evoluciona la pandemia en diversos subgrupos de la sociedad que se denominan ‘clusters’, como geriátricos, barrios populares, trabajadores de la salud, trabajadores esenciales y otros, para poder ir implementando las políticas públicas”. 

En base a esta información, el gobierno porteño toma las decisiones de política pública, que abarca -entre otras medidas- la definición de la magnitud y alcance de la cuarentena;  la estrategia de reclutamiento de recursos humanos para el sistema público de salud; la ampliación de camas, la apertura o cierre de hoteles; la planificación del trabajo territorial -donde se desempeñan 2.500 personas-; la logística y gestión diaria de los operativos de testeo y rastreos, y la estrategia de comunicación social.  “Hemos podido tomar decisiones de política pública basadas en evidencia y oportuna”, dice el funcionario. “Desde el primero de marzo, cada semana que tuvimos que tomar una decisión le hemos podido mostrar a la ciudadanía la información de respaldo y el motivo por el cual le proponemos cada medida. Como resultado global, el nivel de compromiso que tiene la ciudadanía con las políticas de la ciudad es muy alto; la enorme mayoría confía en que lo que estamos diciendo está basado en información.”

 

Analistas de datos 

De acuerdo con Baum, fue clave incorporar desde el inicio al área que gestiona los datos en el Ministerio de Salud. “Logramos tener datos en tiempo y forma. También trabajamos con la Secretaría de Transformación Digital y con la Subsecretaría de Políticas Públicas Basadas en Evidencia para integrar la información en tableros de control que se enriquecen de distintas fuentes de datos, cómo al inicio de la pandemia, cuando los pacientes accedían a la consulta Covid-19 por el sistema del 107 o el chatbot de la Ciudad, ambos canales permitían realizar un triage y derivar una ambulancia si correspondía”, cuenta Baum. 

Otra clave fue tener un adecuado despliegue previo de infraestructura. La funcionaria destaca que los hospitales y centros de salud de la Ciudad están cableados y cuentan con conectividad desde hace varios años. A partir de 2016, además, comenzó la informatización de la capa clínica -como la HCE-, que se sumó a la informatización de la capa administrativa que se había realizado previamente. “Contamos con una base tecnológica y de conectividad no solo en salud sino también en las escuelas, lo cual permitió, por ejemplo, llevar las computadoras y desarrollar desde allí el Plan de Detectar -cuenta Baum-. También desplegamos 600 nuevos puestos de HCE, la mayoría dedicados a la atención de pacientes con sospecha de Covid-19 en los operativos Detectar y las 24 Unidades Febriles de Urgencia, lo que permitió generar en tiempo y forma los datos necesarios para la notificación de las estadísticas nacionales. Otra parte de las herramientas tecnológicas se destinaron para la teleasistencia de distintos tipos de consultas, entre las cuales tuvo relevancia el acompañamiento y apoyo de las áreas de salud mental. 

Santiago Esteban, gerente de Gestión de Información y Estadísticas de Salud del GCBA, destaca los tres niveles de información con los que se trabajó para gestionar la pandemia. “A nivel macro, se proveyó la información clave para la toma de decisiones de política pública en general; en un ámbito intermedio, se trabajó con toda la operatoria de Covid-19 que requirió mucha información que debía obtenerse de sistemas transaccionales y que necesitaba un procesamiento posterior para dar respuesta a una operatoria puntual, como por ejemplo el listado de personas para testear. El tercer nivel de información tiene que ver con el resto del sistema de salud que sigue funcionando mientras se atienden los casos de Covid-19.”

Las aplicaciones sobre las que se obtienen e integran datos son variadas: el sistema epidemiológico nacional, los sistemas clínicos y administrativos de la Ciudad, y las aplicaciones del ministerio de Desarrollo Humano, entre otras. También se desarrollaron nuevas herramientas, como un sistema de gestión de camas de Hospitales y una aplicación para seguimiento de pacientes y sus contactos. Al mismo tiempo, la información que proviene del trabajo en el territorio se integra y sistematiza de diferentes modalidades porque se captura en distintos formatos. Para ello realizamos desarrollos propios sobre R o bien recurrimos a desarrollos de la comunidad que ya están hechos. Utilizamos nuestro datawarehouse basado en Oracle y también interactuamos con otros lenguajes y programas, como SQL o Python, que nos permiten ampliar el alcance de nuestro análisis.


Más allá de las herramientas, el enfoque del área es “tener analistas”, define Esteban y agrega:. “Nuestra filosofía es, en primer lugar, formular las preguntas, a partir de las cuales surgen los  métodos estadísticos y de análisis de datos que usaremos para responder a esos interrogantes. Luego surgen las soluciones más adecuadas para utilizar en cada caso respondiendo a las necesidades de información. La pandemia nos encontró con un sistema y, sobre todo, con una cultura de uso de ese sistema, estábamos preparados para la rápida transformación digital a la que nos empujó el coronavirus.. -..”