El cáncer de piel está en constante aumento desde hace décadas y eso obliga a sumar esfuerzos para revertir esta tendencia. Las tasas de melanoma han aumentado rápidamente en las últimas décadas según la Sociedad Americana Contra El Cáncer, pero esto ha variado según la edad. Entre los adultos a partir de los 50 años, las tasas aumentaron para las mujeres en alrededor de 1% por año de 2015 a 2019 mientras que para los hombres se mantuvieron estables.
Los avances en el campo de la inteligencia artificial son constantes y sorprendentes, a la vez que se hacen evidentes en muchísimas aplicaciones de la vida cotidiana. En relación a la salud, se vislumbra una ola imparable de cambios que modelarán la forma de brindar asistencia e investigar en medicina. Sobre todo en las especialidades basadas en imágenes, como son la radiología, la dermatología y la patología, entre otras.
Muy esquemáticamente, la inteligencia artificial tiene tres componentes principales: algoritmos, capacidad de procesamiento y lo más importante, datos confiables. Esto significa que si una lesión está catalogada como melanoma, sea efectivamente un melanoma. Esto que parece una verdad de perogrullo, es el punto más importante para el entrenamiento, validación y uso en la vida real de las diferentes soluciones que van apareciendo.
“Luego de analizar el contenido de las bases de datos de cáncer de piel mejor valoradas y consultadas, entendimos que nuestra región, Latinoamérica, estaba subrepresentada y por lo tanto, difícilmente pudiéramos implementar herramientas de inteligencia artificial si no son entrenadas con lesiones de piel de nuestra población”, explica el Dr. Luis Mazzuoccolo, jefe del Servicio de Dermatología del HIBA.
Es por ello y luego de un acuerdo con una de las instituciones líderes en el cuidado de los pacientes con cáncer, como es el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de New York, se decidió la integración al repositorio de imágenes de cáncer de piel denominado ISIC (International Skin Imaging Collaboration). Esta iniciativa ideada y mantenida por los principales centros dermatológicos del mundo, líderes en el tratamiento de cáncer de piel, es el repositorio curado más grande del mundo en su tipo.
La integración con inclusión de la diversidad poblacional de cada región es fundamental para evitar sesgos y mejorar las prestaciones de las herramientas con inteligencia artificial para, como en este caso, la detección de cáncer de piel. Con ese fin, el Departamento de Informática en Salud y el Servicio de Dermatología desarrollaron la primera base de datos de imágenes clínicas y dermatoscopia de cáncer de piel de Latinoamérica y su contenido se encuentra en vías de publicación.
El equipo se encuentra conformado por referentes especialistas del Servicio de Dermatología: Victoria Rodriguez Kowalczuk, Maite Lisa Eliceche, Guillermina Ferrareso, Luis Mazzuoccolo, asi como referentes de diferentes áreas del Departamento de Informática en Salud: Agustina Ricci, Eliana Frutos, Guillermo Martinez, Julieta Di Marco, Carolina Vargas, Federico Dip, Luciana Rubin, Jimena Flores y Sonia Benitez.
Es importante señalar que se siguieron los más altos estándares internacionales para garantizar el anonimato y la preservación de los datos personales en las fotos compartidas. La construcción de bases de datos, sistematización y correcta nomenclatura son fundamentales para el entrenamiento de herramientas con inteligencia artificial.
Aunque el logro alcanzado es muy importante, todavía queda mucho por recorrer reconoce Mazzuoccolo: “La integración de más imágenes de Latinoamérica, África y Asia son necesarias para que los algoritmos sean entrenados con la suficiente diversidad para que podamos ofrecer una mejor calidad asistencial”.