Cómo destrabé mi carrera profesional >
"Cómo destrabé mi carrera profesional"
Dra. Joia Nuñez

Pensé un largo rato sobre este título, porque sentía que en realidad debía decir que lo que destrabé fue mi frustración. Pero, a fin de cuentas, salir me permitió dar el siguiente paso en mi carrera.

Cuando me di cuenta de que estaba por terminar la residencia (que fue más o menos cuando empecé la residencia) entré en crisis. Esta crisis tuvo varios momentos y aspectos y hoy puedo decir que, en definitiva, fue algo bueno, porque me terminó trayendo hasta acá.

El aspecto quizás más obvio y más cercano, es el que tiene que ver con la incertidumbre. Pasar de la estabilidad de tener un ingreso mensual y de un entorno laboral conocido con funciones establecidas, al abismo total.

Sin embargo, el más importante y difícil de asimilar para mí, fue el aspecto vocacional. Al empezar a pensar en el futuro, no podía dejar de imaginarlo como un “desde mañana y para toda la vida” y, cuando pensaba en esos términos, me asustaba mucho que el trabajo que estaba haciendo no me enamoraba lo suficiente como para querer hacerlo todos los días, hasta el fin de mis días.

Siempre supe que iba a querer seguir profundizando conocimientos y continuar con el camino académico y formativo, pero ahora que empezaba a vislumbrar el final de esta etapa en la que por primera vez el siguiente paso no era obvio, me atemorizaba tomar la decisión.

Empecé a pensar en las cosas que son importantes para mí, en las que me gustan y en las que considero que podría llegar a ser buena.

Así fue como me di cuenta que una de las cosas más importantes para mí tenía que ver con el estilo de vida que quiero tener en lo personal, pero también en lo laboral: no estar atada a guardias, poder elegir no realizar más de un trabajo, poner límite a mi horario laboral y tender hacia la independencia del lugar físico. Tener dominio sobre mi tiempo y espacio, independientemente del trabajo que esté haciendo.

Este momento me resultó un punto de inflexión. Me estaba enfrentando a esta búsqueda pensándome como pediatra, pero se me transformaba en una especie de limitante: sólo estaba buscando lugares que necesitaran pediatras. Cuando me imaginaba en dónde quería trabajar, haciendo qué y con quién, sentía que no había lugar para esta pediatra. Pero lo que me resultó revelador fue darme cuenta  que si dejaba de imaginarme como médica de niños (lo que ya sabía) y me enfocaba en lo que quería hacer (lo que tenía para aprender), la entrada ya no era por esta especialidad, sino que la pediatría era un plus.

Entender qué quiero hacer

Una cosa que siempre me gustó, y además me sale bien, es estudiar. Creo que trabajar de estudiante es una buena apuesta y no conozco muchas formas de tener un puesto de trabajo como estudiante. Trabajar y aprender para mí es un lujo, y eso sí me despierta la vocación.

En algún momento de los últimos años me encontré con la propuesta de Maestría que estoy realizando ahora, y me generó curiosidad. No me animé a hacerla al mismo tiempo que la residencia, porque significaba una gran inversión y no iba a poder dedicarle todo el tiempo y atención que quisiera, pero empecé a investigar sobre el tema y a explorar opciones.

Juntar las herramientas

Al principio me costó darme cuenta de cómo podía ir acercándome y conectándome con este nuevo mundo que ni conocía. Ni siquiera tenía armado un perfil de LinkedIn, así que ese fue mi primer paso. En mi imaginario, pensaba que para armarlo, necesitaba tener el Currículum actualizado y, como no lo tenía, terminaba postergando ambas tareas.

Finalmente me animé a armar el perfil, aún con el CV incompleto y, a medida que lo iba actualizando, me fui dando cuenta que no me terminaba de convencer cómo estaba plasmando la información. Me resultaba aburrido y monótono a mí misma. Eso me dio pie para incursionar y retocar un poco a nivel visual. Todavía no encontré una forma que me resulte agradable del todo, pero ya se ve mejor.

Primeros pasos en un ámbito nuevo

Una vez que armé el perfil, empecé a contactarme con referentes en el tema, locales y extranjeros, a intercambiar mails, preguntas, a concretar encuentros virtuales con gente realizando la especialidad, actuales y egresados. Estuvo buenísimo porque sin conocernos, me tiré el lance de escribirle a quien encontrara, presentándome y mostrando interés, obtuve muy buenas respuestas y predisposición. Si alguien no sabía qué decirme, casi siempre tenía a quién recomendarme. 

En estas charlas me pasó varias veces que gente de todos lados del mundo, sabiendo que yo los contactaba desde Argentina, me preguntaban “¿y averiguaste sobre la Maestría que ofrecen en el Hospital Italiano? Es la mejor de Latinoamérica”. 

El aprendizaje que me llevo de todo ese proceso, es algo que intento que sea un lema de vida y hasta un modus operandi. 

No dejar pasar oportunidades por no preguntar. 

La mayoría de la gente es mucho más accesible de lo que uno se imagina, y tienen buena predisposición. Quizás ellos también, en algún momento, estuvieron en la situación de tener que ir a preguntar y pedir consejo. 

También aproveché las oportunidades que nos dio la pandemia e hice algunos cursos online de contenidos afines. Con toda esa información que junté, más o menos, pude entender en qué consiste el trabajo, cómo se aprende, el salto que existe entre la teoría y la práctica, y qué tipos de salida laboral hay después.

Tomar la decisión

Las circunstancias de este año cambiaron los planes de todos y eso quizás fue lo bueno que mi crisis haya empezado un poco antes. Así que, con varias idas y vueltas, y después de haber hecho un recorrido virtual por todo el mundo, terminé haciendo esta Maestría, simultáneamente con otra residencia. 

Es gracioso que el año anterior había pospuesto hacerla porque me parecía mucho, todo al mismo tiempo. Igual que había postergado armar un perfil porque no tenía actualizado el CV. A fin de cuentas, no es tan importante tener todo perfectamente planeado, como lo es tomar la decisión, empezar e ir ajustando en el camino. Esta vez, al menos, maestría y residencia están orientadas a lo mismo, y la idea es aprender la disciplina desde la teoría y la práctica.

Fue un proceso difícil, pero todo ese trabajo me sirvió para tomar decisiones, y me siento muy bien con que  estén alineadas con el estilo de vida que aspiro a tener.