
La digitalización revoluciona la salud con historias clínicas electrónicas y equipos conectados, mejorando la atención. Sin embargo, también expone al sector a riesgos críticos: ciberataques que amenazan datos y sistemas médicos.
La salud bajo ciberataque
En los últimos años, el rubro de la salud se ha convertido en uno de los blancos preferidos por los ciberdelincuentes. ¿La razón? Manejan grandes volúmenes de información sensible, operan sistemas críticos que no pueden detenerse y, muchas veces, no cuentan con estructuras de ciberseguridad robustas.
Desde hospitales públicos hasta clínicas privadas, el impacto de una intrusión informática puede ser devastador: pérdida de datos clínicos, interrupción de cirugías, suspensión de turnos, secuestro de información (ransomware) e incluso filtraciones masivas que violan la privacidad de los pacientes. Más allá del daño económico, el verdadero riesgo está en la afectación directa a la atención médica y a la vida de las personas.
Una nueva oportunidad: cuidar para prevenir
"La ciberseguridad en salud no es solo un problema tecnológico, es una cuestión de gestión del riesgo institucional", afirma Sergio Oroña, fundador de SparkFound y referente en la industria de la ciberseguridad con más de 25 años de trayectoria asesorando a empresas e instituciones críticas en América Latina.
Además, señala que muchas veces el presupuesto en seguridad informática es considerado un gasto, cuando en realidad debería verse como una inversión estratégica. "El costo de un ciberataque siempre es mayor que el de una protección adecuada. Hoy, cuidar la información de los pacientes es tan importante como cuidar su salud física".
Desafíos particulares
Las instituciones sanitarias enfrentan una serie de retos únicos cuando se trata de estas cuestiones:
- Infraestructura tecnológica heterogénea: coexisten equipos modernos con otros que tienen más de una década de antigüedad y ya no reciben actualizaciones de seguridad.
- Personal no especializado: el personal médico y administrativo no siempre tiene formación en prácticas seguras de uso digital.
- Presión asistencial constante: los hospitales no pueden “detenerse” para hacer mantenimientos de seguridad o aplicar parches, lo que complica aún más la tarea de protección.

Casos reales, consecuencias concretas
En Argentina y la región ya se han registrado múltiples casos de ciberataques a instituciones médicas. Algunas debieron suspender servicios, otras perdieron historiales clínicos. Uno de los incidentes más graves obligó a una reconocida clínica a desconectar todos sus sistemas, afectando consultas, internaciones y hasta turnos de emergencias.
"Estos ataques no son hipotéticos ni lejanos. Son reales, crecientes y cada vez más sofisticados", subraya Oroña. Y agrega: "lo más preocupante: muchos no se denuncian por miedo al daño reputacional, lo que impide dimensionar la magnitud del problema".
La solución: tecnología, procesos y cultura
Para avanzar hacia una verdadera protección digital se necesita una estrategia integral que combine:
- Tecnología avanzada: soluciones como firewalls de nueva generación, detección temprana de amenazas (EDR), monitoreo continuo (SOC), y sistemas de respuesta automatizada ante incidentes.
- Protocolos y normativas internas: políticas claras sobre el manejo de datos, contraseñas, accesos remotos, y uso de dispositivos personales.
- Capacitación constante: programas de concientización para todo el personal, desde médicos hasta administrativos, sobre buenas prácticas y prevención de ataques de ingeniería social (como el phishing).
- Alianzas estratégicas: contar con socios tecnológicos especializados, capaces de acompañar la evolución digital sin descuidar la seguridad.
En tiempos donde los datos son el nuevo oro, cuidar la información clínica es un deber ético y legal. Instituciones como Sparkfound trabajan para acercar soluciones accesibles y escalables que permitan a hospitales, clínicas y centros de diagnóstico enfrentar este nuevo escenario.
Para concluir, el especialista destaca que "la tecnología debe estar al servicio de la salud, pero siempre desde un enfoque seguro. No hay transformación digital posible sin una ciberseguridad sólida".