2024: Telemedicina en el espacio >
"2024: Telemedicina en el espacio "
Julián Martín Lapuerta Santos

“Belgrano a Marte” es un proyecto de la Agencia Espacial Europea y el Instituto Antártico Argentino en el que se evalúa el funcionamiento del dispositivo satelital de telemedicina Tempus pro en un entorno análogo al espacio exterior, como lo son las estaciones Belgrano II y Carlini. 

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Dotación de la base Belgrano junto al equipo Tempus sobre el ARA Almirante Irizar (ESA)

Es cierto que Stanley Kubrick se adelantó al imaginar que para el inicio del siglo XXI la humanidad contaría con la tecnología suficiente para recorrer el cosmos. Sin embargo, hay que reconocer que en 1968 este célebre director de cine, conocido por ser un obsesionado de los detalles, previó la existencia de inteligencias artificiales y videollamadas en su icónica película “2001: Una odisea del espacio”: un visionario. 

Probablemente, esas tecnologías, que alguna vez fueran imaginarias, proporcionaron un ideario para proyectos como el del Tempus Pro. Este dispositivo portátil, desarrollado por la empresa británica Remote Diagnostic Technologies con el patronazgo de la ESA (European Space Agency), permite medir parámetros fisiológicos como la presión arterial, temperatura, flujo aéreo y frecuencia cardíaca, además de contar con capacidades para desfibrilación, fibrolaringoscopia, intubación orotraqueal guiada por video y un módulo de diagnóstico ecográfico, entre otras funciones que posibilitan un monitoreo avanzado.

Además, la información recolectada  tiene la posibilidad de ser transmitida en tiempo real a un operador que puede estar ubicado en cualquier parte del mundo. Esto se logra vía internet o a través de una antena Iridium que se conecta a una costosa red de satélites, permitiendo una cobertura global. 

Su desarrollo fue pensado con un doble objetivo. En primer lugar, brindar seguimiento, tanto a los astronautas que se encuentran en misión en la Estación Espacial Internacional como aquellos que vuelven, dado que a su retorno deben adaptarse nuevamente a la Tierra, ya que la ausencia de gravedad en el espacio modifica la capacidad para mantener el equilibrio, las funciones cardiovasculares y motoras de las personas. El segundo objetivo consiste en la exploración espacial humana, tal como asegura el doctor Víctor Demaría-Pesce, asesor científico de la ESA, en una entrevista para el medio Infobae

Fue este motivo el que movilizó a la institución europea a probar el dispositivo en un ambiente extremo, análogo al espacio exterior, como es la Antártida que, en palabras de Agustín Folgueira, capitán médico del Ejército Argentino y médico adscripto en la Sección de Trastornos del Sueño del Servicio de Neurología del Hospital Italiano de Buenos Aires, “es el continente más frío, ventoso e inhóspito del planeta. La vida en estas latitudes requiere de adaptación”. Y agrega que eso conlleva experimentar “un prolongado confinamiento y aislamiento social, comunicaciones limitadas, alta demanda de trabajo y escasas posibilidades de evacuación en caso de una emergencia, lo que afecta  las capacidades cognitivas y rendimientos psicomotores de las personas”. 

¿Por qué la Antártida Argentina?

Quienes habitan la Base Belgrano II, la tercera más austral del planeta, ubicada a 1300 km. del polo sur, experimentan la llamada “noche polar”. Este fenómeno presenta cuatro meses de completos de día y el mismo período de oscuridad total, lo que según explica el Dr. Daniel Vigo, investigador del Instituto BIOMED (UCA-CONICET) y coordinador del proyecto, “tiene un impacto cronobiológico que hace que los sujetos tiendan a dormirse 30 minutos más tarde en forma progresiva”.

Cuenta además que “fueron las investigaciones realizadas por el Instituto Antártico Argentino sobre estos fenómenos las que, en 2019, lograron el interés de la ESA.”  A partir de allí se estableció una colaboración científica con el Instituto Antártico Argentino, el Comando Conjunto Antártico y la Coordinación de Salud y Bienestar de las Fuerzas Armadas, la Universidad Nacional de Quilmes y la Universidad de San Andrés. 

Para probar al Tempus Pro se realizaron, tanto en la base Belgrano II como en la Carlini, seis simulaciones que buscaron recrear escenarios médicos factibles de encontrar en el espacio, estableciéndose al mismo tiempo un centro de control en Buenos Aires. Para ello se realizó una capacitación en el uso del aparato a médicos, enfermeros y otras personas seleccionadas, sin conocimientos en medicina, dado que el fin ulterior de este equipo “es ser utilizado por personas que no tienen ningún entrenamiento en ciencias de la salud” dice Vigo. 

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Equipo de la ESA en contacto satelital con la Antártida (ESA)

Agustín Folgueira, líder de las simulaciones, contó detalles acerca de algunos de estos escenarios ficticios que fueron, desde la recreación de un desmayo a 20 metros de la base, hasta la simulación de una falla en la conexión de internet durante la atención de un paciente. Como también se pretende que el dispositivo sea utilizado por miembros no médicos de una potencial tripulación, otra  de las representaciones consistió en asistir a un médico fracturado mediante la guía del control en Buenos Aires. “En las simulaciones se consideró el tiempo hasta su resolución, el tiempo hasta los hitos predefinidos, el cumplimiento de los hitos, los problemas y la retroalimentación subjetiva de los usuarios involucrados”, indicó.

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Tempus Pro siendo probado en una simulación (ESA)

El éxito en estas pruebas incentivó a la ESA a continuar la colaboración con la Argentina para proseguir con la evaluación de este dispositivo que, según sus creadores, podrá ser un elemento clave de un futuro sistema médico de exploración espacial.