Por ser una profesión con una proxemia única, integral y humanistica me permitió:
Desarrollar empatía con el otro, ejercitar la escucha activa.
Reconocer a través del lenguaje no verbal el dolor, la alegría y el temor
Diagnosticar necesidades básicas del ser humano para brindarle el cuidado apropiado
Dar respuesta a lo que el individuo no puede realizar por sí sólo
Acompañar cuando la medicina agotó sus instancias