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Medicina en imágenes

  • 2005 | mayo
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    • Quema de brujas

      Imagen: Quema pública de tres brujas en Derneburg (Harz), Octubre de 1555. Grabado.


    • Como expresa Julio Caro Baroja, la historia de la brujería europea está ligada un asunto de excepcional importancia para el hombre, que es el de cómo se fijan los límites entre la realidad exterior y su mundo de representaciones y deseos. Muchas personas residentes en el campo o aldeas creen todavía hoy que todo aquello que se puede “nombrar” existe como realidad física y no como simple concepto: así, si existe el nombre “bruja” es porque las hay…

       

      En el siglo XIV encontramos plenamente en Europa, ya instaladas, las características de la brujería. El miedo a las brujas se fue extendiendo y hacia fines de 1450 se convirtió en una auténtica obsesión. Hay una idea popular de que la fobia hacia las brujas es una cosa de la Edad Media, resultado del “oscurantismo” y clericalismo medievales, pero en realidad es un producto del Renacimiento y la Reforma. Algunos historiadores intentan tratar el tema de manera similar a como los antropólogos abordan la hechicería africana, y estudian sistemáticamente la función de las creencias acerca de la brujería en la sociedad europea. Sin embargo este planteo es limitado, por un lado las diferencias son grandes, y por otro, las condiciones sociales e intelectuales en Europa varían según los lugares y períodos considerados.

      Hay quien sostiene que la brujería deviene de la inestabilidad social, por lo que se vincula su aparición con las convulsiones sociales que tuvieron lugar en el siglo XIV y con la secuela de epidemias, hambrunas y guerras. Pero no todos los momentos de agitación en la historia han despertado oleadas de furia hacia las brujas. Más útiles en este caso son las consideraciones sociales de índole local.

       

      Hay también explicaciones geográficas que sugieren que la brujería se daba mejor en las regiones montañosas, donde el “aire sutil” y una serie de fenómenos naturales (como avalanchas, tormentas) favorecían las alucinaciones y la creencia en poderes demoníacos. En realidad, la brujería descendía de la herejía y apareció por primera vez en las ciudades y se reforzó con viejas prácticas heredadas de la hechicería. La psicología también hace su aporte para explicar este fenómeno: la gente suele proyectar sus frustraciones sobre personas marginadas o solitarias: las “viejas viudas” o mujeres con “aspecto de bruja”. De este modo, algunas personas acababan convenciéndose de su propia culpabilidad.

      Las sanciones jurídicas con respecto a la brujería se fueron volviendo más duras a medida que se instalaba cada vez más la idea de que había un pacto con el diablo. Esto tenía en la práctica un correlato muy cruel que incluía la tortura cuya consecuencia se expresó en más confesiones y condenas. Creencia y represión se alimentaban mutuamente.


                 La evolución intelectual que comenzó en la tardía Edad Media llevó a los eruditos a querer sistematizar los conocimientos que se iban acumulando más y más. A fines del siglo XV empezaron a aparecer compendios demonológicos y magiológicos y también dos documentos que tendrían graves consecuencias: la bula Summis desiderantes del papa Inocencio VIII (1484-1492) que entraría a la historia como “Bula de brujas” y pocos años más tarde el Malleus maleficarum: “Martillo de brujas”. La “bula de brujas” encargada por el Papa a Alberto de Baviera, obispo de Estrasburgo, pretendía establecer normas para la administración de justicia, justificar la Inquisición eclesiástica y requerir la ayuda de la justicia civil. Fue antepuesta como prólogo del “Martillo de brujas” de 1487 que, hasta 1669, había alcanzado por lo menos 29 ediciones. El Malleus compuesta y publicada por dos dominicos Heinrich Kramer y Jakob Sprenger fijaba de manera indudable la discriminación y estigmatización de la mujer como bruja y se convertiría no sólo en el libro más pernicioso de la literatura universal sino también en una de las publicaciones más desestimadas por los investigadores. Era una “suma” de la escolástica tardía acerca de todos los “conocimientos” sobre las brujas.


      Bibliografía

      Cardini, Franco. Magia, brujería y superstición en el Occidente medieval. Barcelona: Península, 1982. (Historia/Ciencia/Sociedad; 172).

      Caro Baroja, Julio. Las brujas y su mundo. Madrid: Alianza, 1990. (El Libro de Bolsillo. Sección Humanidades; 12).

      Daxelmüller, Christoph. Historia social de la magia. Barcelona: Herder, 1997.

      Quaife, G. R. Magia y maleficio: las brujas y el fanatismo religioso. Barcelona: Crítica, 1989. (Serie General. Estudios y ensayos; 198).

      Russel, Jeffrey B. Historia de la brujería: hechiceros, herejes y paganos. Barcelona: Paidós, 1998. (Paidós Orígenes; 6).

      En la Web


      The Pendle witches.

      http://www.pendlewitches.co.uk/content.php?page=gallery

      [Consulta: 28/04/05]

       

      Case Study: The European Witch-Hunts, c. 1450-1750: and Witch-Hunts Today.

      http://www.gendercide.org/case_witchhunts.html

      [Consulta: 28/04/05]

      Malleus maleficarum

      http://www.malleusmaleficarum.org/
      [Consulta: 28/04/05]